¿Cómo sería la distro perfecta?

Alguna vez se me ha pasado por la cabeza: ¿cómo sería la distro perfecta, una que no necesitase de derivadas para cumplir con las expectativa de la gran mayoría de usuarios y que aunase todo el potencial de la comunidad GNU/Linux en un único proyecto? Y he llegado a la conclusión de que…

Comencemos por el principio. El tema lo plantea Bryan Lunduke en NetworkWorld y seguro que os identificáis con la introducción, porque quién no ha probado alguna distro que por diferentes cuestiones nunca usaría de normal, pero que al mismo tiempo le ha hecho decir: “vaya, esto mola”. El problema es meter en una coctelera todos esos mola y que de ahí salga algo decente.

En su artículo Lunduke da varios ejemplos con de características básicas que tendría su distro perfecta y yo le voy a seguir un poco el juego… pero solo un poco.

Formato de paquetes

O sea, instaladores, DEB, RPM, etc. Coincido con el artículo original y no me puede importar menos el formato o gestor a utilizar, vía aplicación o terminal: las diferencias de rendimiento y funciones son mínimas y no justifican la fragmentación que existe, pero, mucho me temo que a medio plazo nada va a cambiar. AppStream es el sueño de una noche de verano que ahí sigue y lo que le queda.

En esencia, la más plausible a este respecto lo resumen una viñeta que poníais el otro día en los comentarios de una noticia sobre Opera en relación con el formato de paquetes.

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Ciclos de desarrollo y lanzamientos

Lunduke no es tonto y yo me aferro a su idea: aplicaciones, rolling release; base del sistema, LTS. Sería similar a lo que hacen distros “semi rolling” o “half rolling” como Chakra, sin llegar al nivel que busca Lunduke.

Se me ocurre un ejemplo potente que podría entrar en este paradigma ideal, y es la nueva openSUSE Leap: una roca basada en SLE que mantiene software actualizado. En unos meses, no obstante, habrá que añadir repositorios extra para que escritorios y ciertas aplicaciones no se queden atrás. Kubuntu LTS con los backportsactivados es otra interesante opción.

En cualquier caso, los dos variantes que más triunfan está claro cuales son: LTS y rolling release; y apuntan a casos de uso distintos.

Escritorio

Sinceramente, creo que hasta este punto los usuarios, que no los desarrolladores, podríamos ponernos de acuerdo. En esto es imposible. Está la posibilidad de que la distribución perfecta ofreciese varias alternativas, aunque sean redundantes, pero entonces ya no sería todo tan perfecto: hace falta un representante redondo, le acompañe algo más sencillo para equipos con el hardware justo o no.

Lunduke se iría por GNOME Shell “con un montón de extensiones” y yo me quedo con KDE Plasma, sin olvidar características y detalles de escritorios como el propio GNOME Shell, Unity, Cinnamon o Pantheon que me gustaría tener en KDE. Ergo, el escritorio perfecto tampoco existe. ¿Existiría con todos los desarrolladores a una? Mejor no meneallo que decía Sancho Panza, porque acabamos de nuevo en la viñeta de más arriba.

A partir de aquí el artículo original toca puntos relacionados con lo comentado o no vitales, como la integración de servicios en línea -hay que reconocerle a GNOME su gran trabajo en este área- o el tipo de “centro de software” a elegir. Y vuelvo a coincidir con él: muerte al síndrome NIH del que sufren en mayor o menor medida compañías como Red Hat o Canonical.

Total, he llegado a la conclusión de que la distro perfecta nunca existirá… dependiendo de lo que se entienda como perfecta. Los apartados anteriores son apenas unas pinceladas de asuntos técnicos en los que no hay consenso, imaginaos si además lo hablamos en términos de software libre. Si en más de diez años usando GNU/Linux no he encontrado una distro que cumpla mejor en todo que las demás, como para esperar verlo a gran escala.

Fuente: www.muylinux.com