Cumplimiento de las normativas en ciberseguridad: Una inversión clave

En una era de crecientes amenazas digitales, cumplir con las normativas y leyes de ciberseguridad es mucho más que marcar un check: es un escudo vital para proteger los activos, la reputación y, a fin de cuentas, la propia supervivencia de la empresa.

¿Cuál es el problema más común al que se enfrentan las empresas hoy en día? ¿Es la fragilidad de la cadena de suministro? ¿La competencia feroz? ¿La falta de liquidez? ¿O es la creciente e implacable oleada de ciberataques?

Las pruebas y los analistas sugieren que suele ser lo segundo. Como las ciberamenazas no muestran signos de desacelerarse, tanto las pequeñas como las grandes organizaciones reconocen cada vez más que la ciberseguridad ya no es opcional.

Es más, los gobiernos y las agencias reguladoras también se han dado cuenta de su importancia, especialmente cuando se trata de organizaciones que operan en sectores críticos para la infraestructura nacional de un país. ¿Cuál es el resultado? Un conjunto cada vez mayor de requisitos de cumplimiento que parecen desalentadores, pero que son esenciales para el buen funcionamiento y la seguridad pública de un país.

Formas de cumplimiento

Para empezar, tenemos que distinguir entre dos tipos de cumplimiento: obligatorio y voluntario, ya que cada uno conlleva su propio conjunto de requisitos.

El cumplimiento obligatorio abarca las normativas aplicadas por organismos estatales o adyacentes y dirigidas a empresas que operan en sectores de infraestructuras críticas, como la sanidad, el transporte y la energía. Por ejemplo, una empresa que trabaje con datos de pacientes en Estados Unidos debe cumplir la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA, sus siglas en inglés), una normativa federal, para mantener la privacidad de los datos de los pacientes más allá de las fronteras estatales.

Por otro lado, el cumplimiento voluntario significa que las empresas solicitan certificaciones y normas específicas que las identifican como expertas en un campo concreto o califican algunos de sus productos como conformes a una norma. Por ejemplo, una empresa que busque credibilidad medioambiental puede solicitar la certificación ISO 14001, que demuestra su compromiso con las prácticas respetuosas con el medio ambiente.

Sin embargo, todas las empresas deben reconocer que el cumplimiento de las normas no es un esfuerzo único. Cada norma, u otra «pizca de cumplimiento», requiere recursos adicionales, ya que estos procesos exigen un seguimiento constante y asignaciones presupuestarias (incluso las certificaciones ISO requieren una recertificación periódica).

Cumplimiento de la ciberseguridad: no sólo para los proveedores de seguridad

Una empresa que no se ajuste al cumplimiento obligatorio puede enfrentarse a cuantiosas multas. Incidentes como las filtraciones de datos o los ataques de ransomware pueden acarrear grandes costes, pero la evidencia de un incumplimiento de las medidas de seguridad obligatorias puede hacer que la factura final se dispare.

La normativa específica en materia de ciberseguridad que debe cumplir una organización depende del tipo de sector en el que opere la empresa y de la importancia que tenga la seguridad de sus datos internos para la privacidad, la seguridad de los datos o los actos sobre infraestructuras críticas. También hay que tener en cuenta que muchas normativas y certificaciones son específicas de cada región.

Además, dependiendo de qué clientes o socios quiera atraer una empresa, es aconsejable solicitar un certificado específico para poder optar a un contrato. Por ejemplo, si una empresa quiere trabajar con el gobierno federal estadounidense, necesita solicitar el certificado FedRAMP, que demuestra su competencia en la protección de datos federales.

En cualquier caso, el cumplimiento de la normativa debe formar parte de los cimientos de cualquier estrategia empresarial. Como los requisitos normativos seguirán aumentando en el futuro, a las empresas bien preparadas les resultará más fácil adaptarse a los cambios. El cumplimiento se mide continuamente, lo que puede ahorrar a las organizaciones importantes recursos y permitir su crecimiento a largo plazo.

Principales leyes y marcos de ciberseguridad

Hagamos ahora un rápido repaso de algunas de las leyes y marcos normativos más importantes en materia de ciberseguridad:

  • Ley de Portabilidad y Responsabilidad de los Seguros Sanitarios (HIPAA)

Esta ley regula el tratamiento de la información de los pacientes en hospitales y otros centros sanitarios. Representa un conjunto de normas diseñadas para proteger los datos sanitarios confidenciales de los pacientes frente a usos indebidos, exigiendo a las entidades administrativas que promulguen diversas salvaguardias para proteger dichos datos, tanto física como electrónicamente.

  • Marcos del Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST)

El NIST, una agencia gubernamental estadounidense dependiente del Departamento de Comercio, elabora normas y directrices para diversos sectores, entre ellos el de la ciberseguridad. Al imponer un determinado conjunto de políticas que sirven de base a la seguridad de las organizaciones, permite a las empresas e industrias gestionar mejor su ciberseguridad. Por ejemplo, el Marco de Ciberseguridad 2.0 del NIST contiene orientaciones exhaustivas para organizaciones de todos los tamaños y postura de seguridad actual sobre cómo pueden gestionar y reducir sus riesgos de ciberseguridad.

  • Norma de seguridad de datos del sector de las tarjetas de pago (PCI DSS)

PCI DSS es otra norma de seguridad de la información diseñada para controlar el manejo de datos de tarjetas de crédito. Su objetivo es reducir los riesgos de fraude en los pagos reforzando la seguridad en torno a los datos de los titulares de tarjetas. Se aplica a todas las entidades que manejan datos de tarjetas, ya sea una tienda, un banco o un proveedor de servicios.

  • Directiva sobre seguridad de las redes y de la información (NIS2)

Esta directiva refuerza la ciberresiliencia de las entidades críticas de la Unión Europea al imponer requisitos de seguridad y prácticas de gestión de riesgos más estrictos a las entidades que operan en sectores como la energía, el transporte, la sanidad, los servicios digitales y los servicios de seguridad gestionados. NIS2 también introduce nuevas normas de notificación de incidentes y multas por incumplimiento.

  • Reglamento General de Protección de Datos (RGPD)

El GDPR es una de las normativas sobre privacidad y seguridad de datos más estrictas a nivel mundial. Se centra en los derechos de privacidad y protección de datos de las personas en la Unión Europea, dándoles el control sobre sus datos y ordenando el almacenamiento seguro y la notificación de infracciones para las empresas que gestionan los datos.

Existen marcos normativos tanto específicos del sector como amplios, y cada uno viene acompañado de requisitos únicos. Cumplir una no garantiza que no se infrinja otro conjunto de normas; por tanto, preste atención a qué reglamentos se aplican a su empresa y a sus operaciones.

Incumplimiento costoso

¿Qué ocurre con el incumplimiento? Como se ha mencionado anteriormente, algunas normativas establecen sanciones cuantiosas.

Por ejemplo, las infracciones del GDPR pueden dar lugar a multas de hasta 10 millones de euros, o el 2% de la facturación anual global, para cualquier empresa que no notifique una infracción a una autoridad supervisora o a los interesados. Las autoridades supervisoras también pueden imponer multas adicionales por medidas de seguridad inadecuadas, con los consiguientes costes adicionales.

En Estados Unidos, el incumplimiento de la FISMA, por ejemplo, puede suponer una reducción de la financiación federal, audiencias gubernamentales, censura, pérdida de futuros contratos y mucho más. Del mismo modo, las infracciones de la HIPAA también podrían tener consecuencias nefastas, ya sean multas por valor de 1,5 millones de dólares anuales e incluso penas de cárcel de 10 años. Está claro que hay más en juego que el bienestar financiero.

En definitiva, es mejor prevenir que curar, y también es prudente mantenerse al día de las normativas de ciberseguridad específicas de su sector. En lugar de verlo como un gasto adicional evitable, su empresa debería ver el cumplimiento como una inversión esencial y regular, doblemente en el caso de las normas obligatorias, que, si se descuidan, podrían poner rápidamente su negocio, si no su vida, patas arriba.

 

Fuente: www.welivesecurity.com

«Tener un enfoque sostenible es esencial para la estrategia de negocio»

Pedro Lerner, CEO de Grupo UNACEM, que abarca empresas de cemento, hormigón y energía con una destacada presencia en América Latina, destaca la apuesta acometida por el grupo para descarbonizar su actividad y contribuir así a la transición ecológica del sector.

Foto: Pedro Lerner, CEO de UNACEM. Créditos: Cortesía del entrevistado.

La industria cementera es una de las que más gases de efecto invernadero produce, responsable de hasta el 8% de las emisiones mundiales de CO₂. Por ello, la descarbonización de este sector es especialmente relevante para mitigar el cambio climático, pero también supone una gran inversión: la transición ecológica de la industria de producción de cemento podría tener un coste de hasta 60.000 millones de dólares (unos 55.594 millones de euros) al año, según estimaciones.

Dar respuesta a un mismo tiempo a las necesidades del negocio y del planeta es el reto al que se enfrenta Grupo UNACEM, cuyo porfolio incluye compañías de cemento, hormigón y energía; presente en Perú, Ecuador, Chile, Colombia y EE UU. En 2021, anunció su intención de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Una tarea que, tal y como relata su CEO Pedro Lerner, ya está siendo acometida en varios frentes, desde el uso de renovables a la conservación de recursos hídricos.

¿Por qué es importante para el sector adoptar estrategias que reduzcan su impacto medioambiental?

Las emisiones totales y globales de CO₂eq (emisiones de CO₂ equivalentes) estimadas están en el orden de los 40.000 millones de toneladas anuales; de estas, aproximadamente 2.800 millones de toneladas provienen de la industria del cemento. Existe actualmente una gran presión en la industria global para ver cómo logra la disminución de sus emisiones, considerando que es un sector hard to abate [difícil de mitigar], y que tiene consumidores que deben conocer y aceptar productos ecoeficientes que tienen características diferentes. 

De acuerdo con lo establecido en nuestra Declaración de Sostenibilidad [establecida en 2021 y basada en los pilares de Gobierno Corporativo, Medio Ambiente y Biodiversidad, Gestión Social, Economía Circular y Acción Climática], hemos definido metas para la reducción de huellas de carbono al 2030 y lograr la neutralidad de nuestros procesos y operaciones al 2050. Actualmente, ya contamos con metas concretas de reducción al año 2030 para nuestras unidades de negocio cementeras, las cuales representan una reducción del 21% con relación a las cifras del 2014.

¿Qué hitos se ha marcado el grupo para alcanzar este objetivo?

Hemos establecido lineamientos en base a dos palancas claves: la primera, relacionada a la reducción del factor clínker [cantidad de clínker que se emplea para fabricar una tonelada de cemento con relación al resto de materiales], que es uno de los principales desafíos en la industria; y la segunda, relacionada a la reducción del uso de combustibles fósiles y el uso de energías alternativas. Desde el Grupo UNACEM venimos invirtiendo desde hace años en energía y combustibles limpios. Por ejemplo, contamos con dos hidroeléctricas en Perú (El Platanal y Marañón), y las hidroeléctricas Carpapata I, II y II, que surten de energía exclusivamente a la Planta Condorcocha de UNACEM Perú. Solo en 2023, hemos destinado un aproximado de 500 millones de soles peruanos a proyectos que priorizan la eficiencia y sostenibilidad de nuestras operaciones.

Consideramos importante, también, invertir en el uso de residuos sólidos y soluciones basadas en la naturaleza para aprovechar los recursos naturales y la restauración de ecosistemas, así como apuntar a una economía circular de reutilización. Muestra de ello es nuestra Área de Conservación Privada (ACP), constituida por UNACEM Perú, la primera en Lima Metropolitana reconocida por el Ministerio del Medio Ambiente (MINAM) y promovida por una empresa privada. Esta área tiene la finalidad de conservar 787 hectáreas de lomas, además de destinar un espacio para la promoción de la investigación, el deporte y la recreación, pero sobre todo promover la dinámica productiva local.

¿Qué estrategias e innovaciones tecnológicas ha adoptado UNACEM para lograr estos objetivos?

Todas las empresas del Grupo UNACEM están enfocadas en la reducción de nuestra huella medioambiental. Este desafío implica, entre otros esfuerzos, un gran compromiso por la innovación. Por ello, estamos transformado nuestros procesos y nuestra manera de trabajar.

Dentro de la línea productiva, generamos cementos adicionados de alta resistencia y con baja huella de carbono. Por ejemplo, en UNACEM Ecuador utilizamos materiales que permiten el reemplazo del contenido de clínker en la elaboración de cemento, manteniendo su calidad. Adicionalmente, estimamos que en Drake Cement [planta cementera ubicada en Arizona propiedad del Grupo] al 2030 se pueda alcanzar una reducción de emisiones del 10% con la inclusión de combustibles derivados de residuos (CDR) y biomasa proveniente de residuos forestales.

En UNICON Perú cerca del 25% de la flota de mixers para el transporte del concreto tiene motores de combustión a gas GNV (combustible alternativo ecológico); y utilizamos gas natural en nuestra planta cementera de Lima, lo que nos ha permitido reducir más del 25% las emisiones de gases de efecto invernadero por consumo de combustible.

Por último, en el sector de energía, nuestra propuesta de valor con Celepsa [empresa generadora y distribuidora de energía carbono neutral] ha trascendido de la venta de un commodity. Contamos con un área de Sostenibilidad dentro de la Gerencia de Negocios, para ofrecer a nuestros clientes soluciones de eficiencia energética, como la certificación Triple C (Compromiso Carbono Negativo Celepsa).

Grupo UNACEM también presta atención al reaprovechamiento y la reducción del consumo de agua. ¿Qué acciones han emprendido para contribuir a la conservación de los recursos hídricos?

En Grupo UNACEM impulsamos una gestión responsable del agua en todas nuestras operaciones extractivas, portuarias y energéticas. En 2022 logramos recircular el 38% del total de agua consumida, es decir, 514.670 m3 de agua reciclada en todas nuestras subsidiarias de los negocios de cemento y energía.

Este resultado es el reflejo de los esfuerzos realizados en nuestros negocios como UNACEM Perú, que desde el 2013 cuenta con la medición de la huella de agua de sus actividades en las plantas de Atocongo y Condorcocha; y desde el 2018 ha sido reconocida por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) con la entrega del Certificado Azul. Además, hacemos uso de un sistema de enfriamiento de la planta industrial para colaborar con la recirculación del agua y, a su vez, aprovechar esta para el riego de las áreas verdes y sistemas contra incendios.

Por su parte, al cierre de 2022 UNACEM Ecuador logró reducir su consumo de agua en un 43,64%, gracias a su sistema de tratamiento y recirculación de agua de procesos. 

¿Cómo ha incluido UNACEM la descarbonización de sus operaciones en su planificación de negocio?

Tener un enfoque sostenible es esencial para la continuidad del negocio. Contamos con un comité encargado de asegurar que las iniciativas estratégicas de las empresas del grupo incorporen criterios ESG para garantizar la sostenibilidad de nuestro negocio, su crecimiento rentable, y la generación de valor para todos nuestros grupos de interés. 

A día de hoy, hemos avanzado en el planteamiento de nuestra estrategia para transitar hacia la carbono neutralidad. En ese sentido, la disminución del contenido de clínker por tonelada de cemento de nuestras unidades de negocio UNACEM Perú y UNACEM Ecuador en 2022 presentaron los avances más significativos, con un factor clínker/cemento del 85,0% y el 70%, respectivamente. 

En UNACEM Ecuador logramos también sustituir el uso de combustibles fósiles en un 11,8% por aceites usados y en un 6,16% por biomasa en el mismo año; y reducir el consumo de energía eléctrica un 3,14% en relación con la línea base de 2013, logrando la certificación ambiental Punto Verde del Instituto para la Certificación Ética y Ambiental (ICEA) de Ecuador. Mientras que en UNACEM Perú implementamos grandes avances tecnológicos en las plantas con el fin de lograr una mayor eficiencia energética, posicionando la sede de Atocongo dentro del 10% de las plantas más eficientes a nivel internacional.

Una de las estrategias con mayor impacto positivo en la reducción de emisiones a gran escala es la adopción de recursos energéticos renovables. Durante 2022, como Grupo UNACEM, utilizamos 799.327 MWh de energía de fuentes renovables en nuestras operaciones del rubro de cemento. 

¿Qué relevancia tienen las sinergias entre el sector público y privado para impulsar la descarbonización del sector?

El desarrollo sostenible es posible gracias al trabajo conjunto entre la empresa privada y autoridades o entidades públicas. Por ejemplo, en Perú, el registrar nuestras emisiones de GEI en la plataforma Huella de Carbono Perú, herramienta oficial del MINAM, permitió que UNACEM Perú se convierta en la primera cementera peruana en obtener el primer nivel de reconocimiento en dicha herramienta.

Mientras que, en Ecuador, participamos del proyecto de compensación del Programa Ecuador Carbono Cero, que cuantificará la huella de carbono por producto de los diferentes tipos de cemento que comercializa la empresa. 

Celepsa, por su lado, constituyó el Patronato de la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas, para preservar los ecosistemas paisajísticos de la zona.  

Las start-ups dedicadas a la producción de cemento verde también ganan peso en el mundo de la inversión. ¿Qué oportunidades de colaboración existen con empresas emergentes? ¿Cómo pueden estas alianzas ayudar a acelerar e incorporar la innovación al sector?

Las start-ups de construcción en general están apostando por revolucionar el sector, introduciendo nuevas tecnologías, transformando los procesos de la industria y rompiendo esquemas tradicionales. Estas van desde generar automáticamente los planos en 3D de un edificio completo hasta tecnologías que capturan el CO₂ de cenizas volantes y escorias para transformarlas en material reactivo necesario para la fabricación de cemento que cumpla con los requisitos más estrictos de la industria.

Consideramos que las colaboraciones entre start-ups y empresas líderes deben afianzarse para seguir impulsando la adopción de nuevas tecnologías y prácticas sostenibles, lo que supone una contribución significativa a la descarbonización, posible reducción de costos económicos y sociales, así como la reducción del impacto ambiental del sector.

Fuente: www.technologyreview.es