Archives febrero 2013

Sudán del Sur, el primer país de código abierto del mundo

¿Imaginas un país, un Gobierno, que desde su nacimiento sólo usa software libre y datos abiertos? ¿Un país que nace abrazando la filosofía colaborativa y transparente del movimiento de código abierto en todos los campos?  ¿Un Estado que apuesta por nuevos métodos de participación política basados en las lógicas de las redes? ¿Un país que sueña con empoderar y construir un ecosistema informativo ciudadano? Es el caso de la República de Sudán del Sur, el país más joven del planeta, que se independizó de Sudán el 9 de julio de 2011.

Sudán del Sur, un país machado por décadas de conflictos bélicos, se ha lanzado con entusiasmo al proyecto #OSJUBA. A partir de su capital, Juba, el país pretende reinventarse, comenzar desde cero con las lógicas abiertas de la era red. Uno de los impulsores del proyecto es el canadiense Stephen Kovats, afincado en Berlín, ex director del festival Transmediale, una voz respetada en la comunidad hacker internacional. Stephen presentó el proyecto #OsJuba el pasado mes de diciembre, en la conferencia berlinesa Open Strategies (aquí elvídeo). “Todo comenzó con una visión – afirmó Stephen al diario brasileño Estado de São Paulo, que elaboró un buen reportaje –  el país más joven del mundo nace en un momento en el que existen tecnologías y metodologías para el acceso a la información y para compartir conocimiento que no existían cuando la mayoría de las otras naciones del mundo fueron fundadas”.

Por eso, #OsJuba pretende incentivar tecnologías de código abierto, transparencia, procesos de la cultura libre, aproximaciones grass-roots (de abajo arriba) y la participación política en red . Vale la pena leer el documento de r0g-media sobre #OsJuba. Algunos de los objetivos son los siguientes:

  • Crowdsourcing y acceso abierto a datos para una mejor transparencia en la gestión de los recursos del Gobierno.
  • Incrementar la movilidad digital para la información en red y la comunicación, para incentivar la libertad de expresión, la interacción cívica y la diversidad cultural.
  • Nuevas formas de periodismo ciudadano y comunitario, incluyendo SMS, radio, streaming.
  • Crear nuevas economías y tecnologías basadas en el usuario alrededor del conocimiento local. 
  • Posibilitar una educación abierta peer-to-peer para complementar las estructuras tradicionales de aprendizaje.

Sudán del Sur, a parte de dar lecciones a algunos países del primer mundo, puede abrir un camino para todo el continente africano. De hecho, es el sueño de Stephen Kovats:  “Realmente Sudán del Sur presenta una oportunidad increíble para el concepto de apertura, en el sentido de uso de transparencia y sistemas abiertos para la construcción de un país. Mi deseo ahora es buscar socios en otros países de África”.

Copyfarleft, más allá del copyleft

¿Son las licencias libres una alternativa viable al tan criticado copyright? ¿El denominado copyleft – permitir la copia y las obras derivadas de un trabajo- es beneficioso por los autores? Tras la publicación de mi texto Diez años de Creative Commons, en el que defendía la utilidad de dichas licencias, surgieron algunas voces críticas.

Desde el Twitter oficial de la plataforma Cultura Libre atacaron de lleno a las licencias Creative Commons basándose en un caso concreto: una fotografía del quincenal Diagonal que el El País utilizó (aquí detalles). David García Aristegui, miembro de la plataforma Cultura Libre argumentaba en un texto en La Marea que la licencia usada por Diagonal (CC by-SA: Creative Commons atribución-compartir igual) “está suponiendo en la práctica el facilitar la apropiación del trabajo ajeno sin remunerar, y sin distinguir entre El País, un partido neonazi o un blogger fan de tu trabajo”.

Copyleft, ¿liberación o explotación? Vayamos por partes. La licencia usada por Diagonal, la más abierta de Creative Commons, permite “copiar, distribuir y comunicar nuestros contenidos públicamente; citarlos parcialmente y remezclarlo; Hacer un uso comercial”. El País, ciertamente, es libre de pagar a un fotógrafo que ya ha sido remunerado por Diagonal. Pero tiene la obligación de publicar la foto con la misma licencia. Forzar que un diario masivo con copyright use un licencia abierta me sigue pareciendo una buena idea. En casos concretos, además, un colectivo o un free lance pueden llegar a imponer agenda. Así ocurrió en Brasil, cuando el colectivo Fora do Eixo, distribuyendo fotografías con Creative Commons de un evento invisible para la prensa, el festival Baixo Centro de São Paulo, consiguió portadas en todos los grandes medios del país en una edición de domingo.

Sin embargo, si los medios masivos usasen los trabajos licenciados con copyleft para ahorrar presupuesto y así no enviar a sus fotógrafos / periodistas / free lances habituales, estaríamos ante un caso de saqueo del ‘procomún’ en beneficio propio. Si el mundo estuviera compuesto por lo que Zygmunt Bauman denomina ‘comunidades éticas’, regidas por compromisos a largo plazo, no existiría este problema. Si la peer-to-peer production de pequeños productores en red que preconiza Michel Bauwens ya gobernase el planeta, tampoco veríamos estos casos. Mientras llega el momento, una posible solución a esta situación sería usar el CopyFarLeft. Dicha licencia fue propuesta hace unos años por el programador de software libre Dmytri Kleiner en su libro The Telekommunist Manifesto. Dmytri, preocupado sobre cómo el mercado obtiene beneficios del procomún, del movimiento open source y al copyleft, dio forma a una licencia abierta con algunas restricciones de mercado. The Telekommunist Manifesto, donde Dmytri adapta el Manifiesto Comunista de Karl Marx a la era de las redes, incluye algunas de las siguientes ideas:

“Para que el copyleft tenga algún potencial revolucionario debe ser Copyfarleft. Debe insistir en que los trabajadores sean dueños de los medios de producción.

Una licencia copyfarleft debe hacer posible que los productores compartan libremente y que conserven el valor del producto de su trabajo. En otras palabras, los trabajadores deben poder hacer dinero al aplicar su propio trabajo a la propiedad mutual, pero debe ser imposible que los dueños de propiedad privada hagan dinero al utilizar trabajo asalariado.

Así, bajo una licencia copyfarleft, una imprenta cooperativa propiedad de los trabajadores debe poder reproducir, distribuir y modificar el stock común como quiera, pero una compañía editorial privada no podría tener libre acceso”.

Las licencias basadas en el Copyfarleft, como la Peer Production License, harían imposible que un diario de El País obtuviese lucro de una fotografía de Diagonal por una sencilla razón: los trabajadores no poseen los medios de producción. El País no está orientado al procomún y está basado en la propiedad privada. Sin embargo, el copyfarleft sí permitiría que la fotografía de Diagonal fuese republicada por La Marea (Madrid) o La Diaria (Montevideo). Creo que el copyleft, en muchas ocasiones, puede ser más útil, incidente y relevante que el copyfarleft. Puede hackear medios masivos e imponer agenda. Sin embargo, el copyfarleft puede ser muy eficiente para parar la explotación del procomún por parte de multinacionales y empresas netamente capitalistas. También es una opción interesante para el hardware abierto: tal vez algunas pequeñas firmas tecnológicas se animen a abrir su código sabiendo que las grandes multinacionales no se aprovecharán de su conocimiento.

Fuente: 20minutos.es

Slodle y Entornos Educativos 3d

La integración de los entornos 3D al sistema de educación actual es muy importante y necesario, ya que la tecnología avanza a pasos agigantados tanto en elementos o recursos tangibles como en los intangibles y más aún orientados a la Web, es por lo cual orientar esas herramientas a la educación es básico para que los docentes podamos hablar el mismo lenguaje que nuestros alumnos, ya que la mayoría de ellos son nativos digitales que entre sus características principales están manejar la información de manera rápida prefiriendo analizar imágenes antes que texto y están siempre a la vanguardia tecnológica digital, es por lo cual que al momento en que queremos inmiscuirnos en su mundo nos convertimos en migrantes digitales y todo lo que vemos nos llama mucho la atención ya que no nacimos junto con estos avances y ambientarnos a ellos en algunos casos resulta casi imposible ya que por ser nacidos en la era pre-digital hablamos un lenguaje totalmente diferente a los nativos.
Al ingresar a un mundo 3D estamos haciendo una nueva vida; una nueva vida virtual, las personas que explotan los mundos virtuales con todas sus características se encuentran inmersos en esa vida, conociendo gente, lugares, en algunos casos creando empresas, haciendo negocios, también porque no haciendo una familia y todo a través de un mundo virtual, pero también para algunas personas este mundo es perjudicial porque comienzan a encerrarse en él y no se dan cuenta que su vida virtual no es real, esto puede conllevar a la adicción.
Ahora si lo vemos desde el punto de vista educativo los mundos 3D tienen un potencial increíble con lo que al aprendizaje se refiere, ya que podemos conocer lugares educativos, recibir charlas, seminarios, foros, podemos conocer gente que no solo use los lugares que visitamos sino que los desarrolle a través de rutinas programadas, y eso obviamente va a enriquecer el aprendizaje que tenemos y si esto se da con una buena guía como la de un tutor o un docente virtual los estudiantes podrán aprovechar de mejor manera este mundo alterno que la tecnología actual nos proporciona.

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