¿Quién paga la fiesta? La UE valora que sean las tecnológicas quienes asuman el coste de la infraestructura de Internet

Es la propuesta de las ‘telecos’: que las Big Tech -como Alphabet, Netflix o Meta- ayuden a pagar la infraestructura de Internet, ya que son estas empresas las que utilizan la mayor parte del ancho de banda.

Imagen de una antena de telefoníaEduardo Parra – Europa Press – Archivo

Este no es un cuento nuevo: desde hace ya algunos años, una de las grandes reivindicaciones de las compañías de telecomunicaciones en Europa es que los gigantes tecnológicos paguen ‘su parte del pastel’ en lo que a infraestructura se refiere. Es decir: operadoras como Telefónica, Vodafone y Orange exigen a multinacionales como Amazon, Meta, Netflix o Google que financien el despliegue y mantenimiento de unas redes fijas y móviles de Internet que están siendo utilizadas por ellos y sus servicios.

De hecho, según los datos que exponen las operadoras recogidos por la Asociación Europea de Operadores de Redes de Telecomunicaciones (ETNO), Google, Facebook, Netflix, Apple, Amazon y Microsoft acumulan más de la mitad del tráfico mundial de Internet. Y el porcentaje aumenta hasta un escandaloso 80% cuando se incluyen los gigantes de los videojuegos como el fabricante de Call of Duty, Activision Blizzard.

 

Sin embargo, y como empezaba diciendo, esta guerra no es ninguna novedad. Incluso el Gobierno de España participó en este debate hace pocos meses, cuando la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se posicionó del lado de la postura de las ‘telecos’ y afirmó que se debe garantizar “la igualdad de condiciones” y que las Big Tech “también tienen que pagar o contribuir con su parte justa”.

Ahora la polémica se ha reabierto a raíz de un documento visto por Bloomberg. El medio de comunicación afirma que la Unión Europea estaría sopesando una propuesta para que las empresas de tecnología que utilizan la mayor parte del ancho de banda ayuden a pagar la próxima generación de infraestructura de Internet.

“Las sugerencias son parte de una visión de «participación justa» del brazo ejecutivo de la UE que podría requerir que las grandes empresas tecnológicas, que brindan transmisión de vídeos y otros servicios pesados de datos, ayuden a pagar el tráfico que generan. El borrador del documento, que es parte de una consulta con la industria, sugirió que las empresas podrían contribuir a un fondo para compensar el costo de construir redes móviles 5G e infraestructura de fibra, así como la creación de un sistema obligatorio de pagos directos de los gigantes tecnológicos a operadores de telecomunicaciones”, dice el citado periódico.

Según el documento señalado, también se preguntó a las empresas de telecomunicaciones si debería haber un umbral que califique a una compañía como “gran generadora de tráfico”, de manera que se pudiera baremar en qué casos tendrían que ‘pagar la fiesta’.

La agencia de noticias Reuters también publica información al respecto, detallando que la Comisión Europea preguntaría a las grandes empresas tecnológicas y a los proveedores de telecomunicaciones de la UE sobre sus desembolsos de inversión y planes de infraestructura en la nube antes de presentar una legislación acorde, la cual podría hacer que las Big Tech paguen los costes de la red.

Crónica de una muerte anunciada

Que el uso de datos está aumentando es una realidad. Y en el borrador de la comisión se dice que el movimiento hacia “metaversos y mundos virtuales, el rápido movimiento hacia la nube, el uso de tecnologías innovadoras online” están haciendo “más evidente” que se necesita “hacer más para proteger la inversión en infraestructura de red”.

La noticia sobre la posibilidad de que esto se materializase viene del año pasado: a principios de septiembre, el comisario europeo de Industria, Thierry Breton, anunció que lanzará una consulta en 2023 sobre si los gigantes tecnológicos deberán pagar. Insistió entonces en que se tendría que revisar la regulación de los ‘GAFA’ -Google, Apple, Facebook, Amazon-.

La consulta no será definitiva, aunque este suele ser el camino habitual antes de crear una legislación. No obstante, y en cualquier caso, esa supuesta futura ley deberá ser refrendada por los estados miembro y los legisladores de la UE.

No ha gustado a Silicon Valley

Aunque una propuesta concreta aún estaría lejos, la noticia ya ha generado polémica. Google, Netflix, Meta, Amazon y otros gigantes tecnológicos dicen que la idea equivale a un ‘impuesto al tráfico de Internet’ que podría “socavar las reglas europeas de neutralidad de la red que tratan a todos los usuarios por igual”.

El pasado mes de octubre, el regulador de comunicaciones electrónicas de la UE afirmaba que “no hay evidencia” de que plataformas como Netflix o YouTube deban pagar a las empresas de telecomunicaciones para que inviertan en infraestructura de red y que llevar a cabo tal medida podría causar “un daño significativo al ecosistema de Internet”.

Ahora las compañías tecnológicas temen que la consulta, que permanecerá abierta durante dos o tres meses, sea el primer paso hacia esa cofinanciación en el futuro. 

Obviamente, las grandes empresas tecnológicas no están por la labor de cumplir con los deseos de las operadoras. Desde 20Bits hemos contactado con muchas de ellas, pero no existe actualmente un comunicado o postura oficial al respecto de esta polémica.

Nos remiten a una nota publicada por la Asociación de la Industria de la Computación y las Comunicaciones (CCIA por sus siglas en inglés) en la que se afirma directamente que “la demanda de las empresas de telecomunicaciones de la UE por pagos de tráfico de red es fundamentalmente defectuosa”.

Aseguran que los propios clientes de las operadoras “ya pagan altas tarifas de suscripción” y que la petición de las ‘telecos’ se basa “en la noción errónea de que el déficit de inversión es causado por servicios que impulsan la demanda de una mejor calidad de red y una mayor velocidad”.

Fuente: www.20minutos.es

Los indígenas que se impusieron a las grandes telefónicas y crearon sus propias redes celulares en México

La «gozona» es uno de los conceptos más hermosos de una tierra hermosa como la de las montañas de Oaxaca, en el sur de México.

En comunidades con pocos habitantes, unir la fuerza laboral bajo la idea de que «tú hoy trabajas para mí, yo mañana trabajo para ti», adquiere una importancia crucial para completar tareas como la cosecha de café o la reparación de un camino dañado.

El solo reunir a hombres y mujeres para la «gozona», luego de visitarlos casa por casa, es una labor que puede llevarse toda la jornada.

O también solo unos minutos, a través de algo tan común para casi todo el mundo como una llamada telefónica o un mensaje de texto. Solo que en algunos lugares marginados esto es más bien un privilegio.

Ese servicio lo ha conseguido Santa María Yaviche, una pequeña comunidad indígena zapoteca del estado mexicano de Oaxaca donde lograron una hazaña admirable: instalar y manejar una red celular independiente.

«Dentro de la comunidad, siempre había que ir hasta la casa de una persona para hablar. Pero a veces no estaba, que se fue a trabajar, que se fue a ver a sus animales. Teníamos que regresar sin respuesta», cuenta Gerardo, un vecino de Yaviche.

«Pero si es cosa de un mensajito o un recordatorio con el teléfono, ya quedas para realizar un trabajo. Es una ventaja, porque no importa que estemos lejos, nos acerca la telefonía comunitaria«.

Gerardo es uno de los más de 100 usuarios del servicio celular comunitario de Yaviche.

Aquí en Yaviche en 2013 empezaron a generar la señal con una antena de bambú sujetada con un débil alambre recocido, que eran los materiales que había a la mano. En lo más alto pusieron el emisor de señal.

Pero hoy ya tienen una infraestructura sólida y han comenzado a hacer pruebas de telefonía 4G para acceder a internet desde los celulares, una tecnología que en países como Estados Unidos llegó en 2010 pero que hoy aquí es la diferencia.

Además de contar con un medio de comunicación para la vida diaria y, más importante, para casos de emergencia, la idea central de la comunidad es no depender de nadie, incluidas las grandes telefónicas.

Y también que la tecnología se adapte a los usos y costumbres de Yaviche, como la «gozona».

«Hay una palabra en zapoteco que eskiery kass, que significa ‘nuestro’, ‘propio’, ‘de todos’. Es como decir autonomía en nuestra lengua», dice con orgullo Oswaldo Martínez, uno de los fundadores del proyecto en Yaviche.

Pero entrar en el disputado terreno de la telefonía celular, dominado por gigantes de la industria, es una batalla tipo David contra Goliat que deben librar.

Cansados de pedir apoyo

Yaviche está a solo 130 km de la ciudad capital de Oaxaca. Pero esa distancia relativamente corta se convierte en un trayecto de más de 4 horas debido a las condiciones geográficas.

En tiempos de lluvias, el asfalto mojado, la caída de árboles, los deslaves y los caminos sin pavimento enlodados hacen más prolongado y peligroso el trayecto.

A lo largo de las laderas de esas montañas se asientan pequeñas comunidades zapotecas de varios cientos de habitantes. Un par de miles las más grandes.

Para ofrecerles cobertura, las grandes compañías de telefonía celular que operan en México -como Telcel, Movistar o AT&T- requieren un mínimo de entre 2.500 y 5.000 usuarios.

Lugares como Yaviche, con 700 habitantes, buscaron a esas empresas durante años, pero se cansaron: «Nos acercamos a las telefónicas y nos dijeron que éramos pueblos chicos, que no era negocio para ellos. Y eso que fue entre varias comunidades», dice Oswaldo Martínez.

«Pedían como mínimo 5.000 usuarios. Y nosotros teníamos que poner [costear] la infraestructura, que eran como 6 millones de pesos [unos US$460.000 de 2013). Y encima ellos iban a cobrar el servicio».

Oswaldo Martínez es uno de los fundadores del proyecto de red comunitaria de Santa María Yaviche.

No muy lejos de ahí, en Villa Talea de Castro, la fundación Rhizomática -una asociación civil con experiencia en telefonía comunitaria en Nigeria- ya había puesto a prueba con éxito una red de telecomunicaciones similar, por lo que en 2013 los habitantes de Yaviche pidieron su ayuda para poner los «fierros», como le dice a la infraestructura operativa.

«Empeñamos un coche para poder comprar el equipo y empezamos el experimento. Nos pidieron un cuarto y sacamos unas camas para colocar el equipo. Nuestra primera torre fue de bambú en 2013», explica Martínez.

«La gente preguntaba si era Telcel, Movistar o cuál. Pero les decíamos que no, que era de nosotros. Kiery kass(de todos)».

En la actualidad son 14 comunidades de Oaxaca las que cuentan con una red celular propia y que son parte de una asociación civil sin fines de lucro, Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias (TIC), que cuenta con el acompañamiento técnico de Rhizomática.

Atienden alrededor de 4.000 usuarios de telefonía celular. Todos ellos son a la vez usuarios y dueños de cada la red comunitaria local, pues el objetivo de TIC es que la independencia de cada pueblo se mantenga así.

¿Cómo se opera una red celular?

Instalar y operar una red celular no es algo que venga en un manual de «hágalo usted mismo».

Requiere de conocimientos en ingeniería en sistemas y telecomunicaciones, así como representación jurídica, algo de lo que se encargan los expertos integrantes de TIC.

Lo que en un inicio fue un sistema apoyado en una antena de bambú hoy es una estructura sólida.

Desde una modesta oficina operativa en la capital de Oaxaca, Javier de la Cruz maneja el «cerebro» de las redes comunitarias que permite conectar llamadas locales e internacionales. Y ahí resuelven los problemas técnicos del día a día.

«Entregamos una señal que los teléfonos puedan recibir, que puedan recibir llamadas y mensajes locales», explica De la Cruz.

Hasta antes de la pandemia, instalar un sistema 2G costaba más de US$8.000 en términos de equipo de radiofrecuencia y computación. Pero «si es un sistema reciclado, disminuye el costo un poco», explica el ingeniero.

Y es que en TIC se encargan de buscar donativos de equipos a nivel internacional y echan mano de un software abierto, que no requiere pago de licencias pero sí de muchas horas de trabajo para la corrección de errores.

Esa labor se traduce no solo en un servicio celular, sino en su bajo costo: mientras las compañías telefónicas en México ofrecen paquetes de servicio de voz y datos, el más básico de US$2,5 por 7 días, los usuarios de las redes comunitarias pagan US$2,1 por un mes de acceso a llamadas de voz y mensajes de texto (SMS).

En un estado con una histórica marginación económica y una alta generación de migrantes, el poder hacer llamadas a EE.UU. cuesta US$0,15 por minuto. «Y el saldo no se borra por pasar una cantidad de días. Si la gente pagó, se le da una continuidad al servicio que ha tenido», destaca De la Cruz.

Desinformemonos

 

Luego de que instalan una red en una comunidad, los miembros de TIC capacitan a gente del mismo pueblo, «jóvenes, adultos, hombres, mujeres, que tengan ganas de aprender», para manejar aspectos como el registro de nuevos usuarios y los abonos mensuales.

Pero también aprenden sobre la operación básica de los aparatos y «fierros», pues si hay una falla que pueda ser solucionada localmente, eso evita que los siete técnicos de TIC deban viajar varias horas desde la capital de Oaxaca hasta una comunidad apartada como Yaviche.

Cada una de las 16 comunidades tienen sus propios administradores.

«Muchos usuarios son personas mayores. El reto es cómo explicarle a un abuelo sin que te desesperes. Entonces, más allá de saber qué es el 4G, el reto de los administradores es cómo explicarle eso a la gente. La idea es que la asociación sea un acompañamiento para que la comunidad lo sostenga», explica Lisset González, una capacitadora de TIC.

Una lucha David vs. Goliat

Hasta antes de la llegada de la telefonía terrestre y celular, comunicarse con otros fuera de las comunidades de la Sierra Norte requería métodos antiguos.

«Antes se mandaban recados o cartas. Si un familiar iba a Oaxaca (la capital), mandábamos ahí en el autobús. Tardaban mucho pues, hasta días», dice Olga Ramírez, una vecina de la comunidad de San Juan Yaeé.

Un pueblo vecino de Yaeé es Santiago Lalopa, que se encuentra al otro lado de la cañada, a menos de 4 km de distancia lineal. Llevar un recado a alguien ahí implica un rodeo de una hora por los sinuosos caminos de las montañas.

Los caminos en la Sierra Norte de Oaxaca son complicados. En tiempos de lluvias suelen ocurrir grandes deslaves que los cortan.

«La larga distancia es lo que más ocupamos. Por ejemplo, mi esposo viaja diario a la ciudad de Oaxaca y se comunica y me marca a la línea comunitaria. Si no entra (la llamada), ya se preocupa», dice Lizeth García.

Si bien las redes comunitarias como las de Yaeé y Yaviche tienen cobertura para llamadas locales, la larga distancia, más allá de Lalopa, implica que el servicio comunitario entre al disputado espectro de frecuencias radioeléctricas.

Las bandas de frecuencia son como las «autopistas» en el aire por las que las ondas de una señal (radio, TV, telefonía fija y celular) viaja a través del aire.

Las grandes compañías pagan sumas millonarias para acceder el espectro radioeléctrico que subasta el Estado. El que una comunidad quiera participar es una lucha tipo «David contra Goliat» que había que librar no solo ante las compañías, sino ante las mismas instituciones del gobierno mexicano.

Javier de la Cruz opera el «cerebro» de TIC desde la ciudad de Oaxaca.

«A TIC le habían asignado espectro de manera directa, sin necesidad de licitación. Pero el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) le hizo el cobro de derechos de un millón de pesos (US$76.000 en ese momento). Y peleamos para que no nos cobraran una tarifa equivalente a la del operador comercial», explica Erick Huerta, el asesor jurídico de TIC.

«Ellos mismos habían reconocido que donde operamos nosotros nadie va (compañías) porque no hay utilidad comercial. Era ilógico. Obtuvimos amparos favorables, pero el IFT volvía a insistir y nos congelaron nuestra cuenta. Pero finalmente la Suprema Corte determinó que esa medida era inequitativa».

Los retos en las montañas

En los últimos 10 años, varias comunidades se sumaron a la asociación civil sin fines de lucro que conforma TIC. Pero otras también se han desconectado.

La entrada de las grandes telefónicas a algunas de las regiones más marginadas de Oaxaca, así como el servicio de internet Wi-Fi de algunos proveedores locales, ha reducido el número de usuarios de TIC de 6.000 a 4.000 en los últimos años, así como las comunidades participantes (de 16 a 14).

Y en el último año, el gobierno de México lanzó un proyecto para proveer acceso a internet y voz a través de la basta red de la Comisión Federal de Electricidad, lo que en teoría implica que en todo lugar donde haya servicio de electricidad (+90% del territorio) puede haber servicio de internet.

Los servicios locales de Wi-Fi, como el de San Juan Yaeé, ofrecen una conexión a través del pago de fichas de duración.

Por otra parte, los servicios comunitarios en ocasiones también enfrentan retos técnicos, como la saturación del servicio o imprevistos, como las descargas eléctricas que inhabilitan los aparatos de transmisión.

En Yaviche se «quemó» una fuente de transmisión este año, por lo que los usuarios quedaron sin cobertura durante meses hasta que se puso a prueba el servicio 4G con un nuevo transmisor.

Esos son los retos que enfrentan las comunidades de TIC para subsistir en una industria altamente rentable y competitiva para los grandes capitales nacionales y trasnacionales (y ahora los proyectos de gobierno).

Pero eso no desanima a quienes forjaron este acceso a la comunicación.

«En Yaviche no le apostamos al negocio, al pensamiento de acumulación, sino en cómo hacemos sostenible este proyecto, por eso estamos apostando en esto y seguiremos», dice Oswaldo Martínez.

«Queremos preservar nuestro pensamiento»

Contar con una radio propia, una señal de televisión los fines de semana y una red celular es todo un orgullo para comunidades como Santa María Yaviche.

Y si bien tienen disponibles nuevas vías de comunicación, como el Wi-Fi a través de fichas de varios minutos u horas, para ellos es importante sostener lo propio.

San Juan Yaeé también busca sostener su red celular independiente con ayuda de toda la comunidad.

«Esto es de la comunidad y eso nos hace sentir más nosotros. No dependientes de una compañía de fueraque en cualquier momento lo pueden quitar porque no es rentable», dice Gerardo.

Hay algunas funciones de la red celular que incluso la hacen sentir más propia, más «xhidza (zapoteca)» como la distribución general de mensajes en su propia idioma en casos especiales o de emergencia.

«Con esta herramienta nosotros podemos seguir usando nuestra lengua. Va más allá de lo que las otras compañías buscan. Es una forma de que la tecnología sea una parte para mantener nuestra identidad xhidza», dice Oswaldo Martínez.

«La idea de nosotros es generar nuestros propios procesos. Y ahora con los jóvenes queremos preservar nuestro pensamiento. Porque cuando uno habla español, solo es como una reproducción, pero cuando uno habla xhidza, lo hacemos desde nuestro corazón«.

Fuente: www.bbc.com

Así entran los virus en tu teléfono móvil

Descubre cuáles son las formas más comunes a través de las cuales los ciberdelincuentes son capaces de hacerse con el control de tu teléfono móvil e introducir un virus.

Descubre las formas a través de las que un hacker puede infectar tu teléfono.

 

Nadie quiere que un virus informático infecte su dispositivo móvil, pero lo cierto es que son tantos los métodos por los que un ciberdelincuente puede llevar a cabo la instalación de un malware, que cada día es más difícil escapar de ellos.

Por este motivo, es muy importante tener cuidado y ser muy conscientes de si estamos llevando a cabo alguna práctica que pueda favorecer la instalación de un malware en nuestro teléfono móvil, independientemente del modelo que sea.

Uno de los métodos más comunes para instalar un virus es desde una web. Hay que estar muy atentos a la hora de navegar por Internet el móvil para no entrar en aquellas páginas que puedan resultar sospechosas.

En muchas ocasiones pueden parecer fiables, pero lo cierto es que han podido ser modificadas por un hacker. Además de eso, debemos evitar siempre descargar cualquier tipo de archivo que encontremos en una web de la que no conocemos su procedencia.

Los ataques de phishing a través de SMS también son muy recurrentes y normalmente estos mensajes suplantan a una empresa e incitan a la víctima a que haga clic en un enlace o a que se descargue una aplicación o un archivo.

En caso de recibir alguno de estos mensajes, lo mejor es eliminarlo y nunca pinchar en los enlaces que se encuentran en su interior.

Esta misma situación se produce con cierta frecuencia a través del correo electrónico, donde los ciberdelincuentes vuelven a hacerse pasar por una famosa compañía con el objetivo de hacerse con nuestros datos personales, así como las credenciales bancarias.

Al igual que con un SMS, lo más seguro es proceder a borrarlo directamente y no entrar en ningún enlace para que el hacker no sea capaz de infectar nuestro dispositivo.

Las aplicaciones también son uno de los métodos que más utilizan estos delincuentes para infectar un dispositivo. A través de un troyano o de cualquier otro tipo de virus informático son capaces de hacerse con el control de nuestro teléfono móvil en cuestión de segundos.

Este tipo de hackers logran escapar de la seguridad de las apps y en caso de haber sido víctima de esta situación, lo primero que tenemos que hacer es borrar la aplicación. Para evitar llegar a esto, hay que comprobar muy bien una plataforma antes de descargarla en nuestro teléfono.

Un método que no es tan conocido son las tarjetas de memoria y es que muchos de estos delincuentes pueden infectar un malware en nuestro dispositivo a través de estas tarjetas. Simplemente, tendremos que insertarla y automáticamente nuestro teléfono estará infectado.

La recomendación es comprobar que esa tarjeta está libre de cualquier virus antes de introducirla en el teléfono y nunca insertar ninguna tarjeta de memoria de la que no conozcamos su procedencia para evitar que ningún virus entre en nuestro móvil.

Fuente: www.20minutos.es

WhatsApp permitirá silenciar chats y grupos ‘para siempre’

 

WhatsApp está trabajando en una nueva función para dar la opción a los usuarios de silenciar las notificaciones de chats para siempre. Foto: Pxfuel

Ocho horas, una semana y un año. Esas son actualmente las opciones que tiene el servicio de mensajería instantánea WhatsApp para quienes deseen silenciar chats individuales o grupales. Sin embargo, esto podría cambiar próximamente, pues la plataforma planea implementar la posibilidad de desactivar «para siempre» las notificaciones de ciertos chats. Según informa el portal especializado en las actualizaciones de WhatsApp, Wabetainfo, esta es una de las modificaciónes que WhatsApp presentó al programa Google Play Beta para la versión 2.20.197.3 el pasado 28 de julio del 2020.

Por ahora, está previsto que la opción esté disponible únicamente en dispositivos con sistema operativo Android. La función, asegura el portal, está en desarrollo, lo que quiere decir que WhatsApp trabaja para mejorarla antes de liberarla al público en general. El hecho de que una persona no pueda acceder a la posibilidad de silenciar las conversaciones indefinidamente no representa un problema o fallo en el servicio de mensajería.

La función de silenciar los grupos para siempre reemplazará a la actual de un año. Foto: captura.

La nueva opción de «silenciar siempre» reemplazará la posibilidad de mantener sin notificaciones los mensajes que lleguen a un determinado grupo o chat por un año, según muestran capturas de pantalla difundidas por el portal. Al estar en desarrollo, quienes deseen probar la función tendrán que esperar aún un tiempo. Estará disponible en próximas actualizaciones de WhatsApp, concluye el informe de Wabetainfo.

Fuente: www.elcomercio.com

Elastix advierte acerca del código abierto como herramienta para la independencia tecnológica

De acuerdo a la opinión de Paul Estrella, Chairman ElastixWorld, el advenimiento de Internet, la disponibilidad más frecuente de la tecnología digital y los medios de información han incentivado el desarrollo y el avance tecnológico.

En medio de todo esto, dijo el ejecutivo, el código abierto ha añadido un componente especial para la generación de nuevos emprendimientos. “Las implementaciones basadas en código abierto han sido una apuesta arriesgada, porque siendo dependiente tecnológicamente, el mercado está dominado por las corporaciones que desarrollan software propietario. Sin embargo, de a poco, cada vez más se opta por el código abierto, ya que es una oferta interesante en función de disponibilidad”, agregó.

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De igual forma, Estrella subrayó que en ese sentido, el código abierto promueve dos asuntos importantes: el código fuente de un software está disponible para ser usado, copiado o mejorado; y no se cobran valores relacionados con licenciamiento. “Así, podría afirmarse que la mejor plataforma para hacer ingeniería, tecnología e innovación en Latinoamérica, hoy por hoy, es el software libre y el código abierto”, remarcó.

En ese contexto, aclaró el ejecutivo internacional, “una de las razones más importantes para ello es la posibilidad de tener una rápida retroalimentación de funcionalidad y resolución de problemas, gracias a una comunidad de desarrolladores en todo el mundo. Lo que en términos de inversión puede y significa un alto valor a corporaciones que no comparten su código, resulta insignificante para una empresa de código abierto. La otra razón es la proliferación, disponibilidad y rapidez de las comunicaciones actuales. En tan sólo 20 años se ha multiplicado en miles la capacidad de procesamiento y almacenamiento de datos de información y existen herramientas más poderosas en términos de manejo de datos e informática.

Este acceso y disponibilidad están presentando nuevas oportunidades, en términos de independencia e innovación. Sólo hay que verlas y aprovecharlas”, enfatizó Paul Estrella.

Para concluir, el experto detalló como ejemplo el caso de PaloSanto Solutions, una empresa que nació bajo el efecto de la burbuja puntocom en Ecuador y que luego de que sus fundadores viajaron a USA para trabajar en HP, impulsados por el crecimiento que tuvieron las empresas de tecnología, las cuales demandaban infraestructura y talento humano para crear lo que en ese momento era Internet, decidieron volver a Ecuador y capitalizar esa experiencia de la mejor manera posible, creando una empresa de tecnología y desarrollo de software. “Ya en Ecuador, PaloSanto Solutions basó su línea de negocios en un mercado totalmente nuevo en Latinoamérica: las implementaciones basadas en código abierto. Con esa filosofía PaloSanto Solutions empezó a hacerse un espacio en el mercado ecuatoriano. Trece años después, uno de sus fundadores participa en el parlamento nacional de Ecuador en una presentación relacionada con soberanía tecnológica y PaloSanto Solutions es un referente dentro de la comunidad de software libre y código abierto, además de haber ganado varios premios internacionales y tener cuatro oficinas regionales entre América y Europa, con un total de 100 distribuidores a nivel internacional”, concluyó.

Fuente: mundoenlinea.cl


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