Qué busca el gobierno chino con la ofensiva contra los gigantes tecnológicos del país

El magnate chino Jack Ma tenía la fiesta preparada.

Todo estaba en orden para que el Grupo Hormiga (el brazo financiero de Alibaba) iniciara en noviembre de 2020 su primera venta de acciones en los mercados bursátiles de Hong Kong y Shanghái por un valor de US$34.400 millones, en la que sería la mayor salida a bolsa de la historia.

Pero a último minuto, los reguladores financieros chinos suspendieron la operación por «preocupaciones en torno a la competencia» de mercado.

Es decir, le cortaron la luz, apagaron la música y mandaron a los invitados para la casa.

El resultado fue que las autoridades exigieron una reestructuración del mayor conglomerado empresarial de finanzas y comercio digital de China, y Jack Ma, que solía ser el símbolo del éxito emprendedor del país, estuvo fuera del ojo público por varios meses.

La inesperada decisión provocó un gran impacto internacional. Pero lo que probablemente pocos imaginaron en aquel momento es que se trataba sólo del inicio de una ofensiva gubernamental para marcarle los límites a los gigantes tecnológicos.

Recientemente el presidente Xi Jinping defendió su campaña para imponer un mayor control sobre las firmas del sector tecnológico en una reunión del Comité Directivo del Partido Comunista Chino, según informó la prensa oficial.

Xi Jinping

Su objetivo, argumentó el líder chino, es «prevenir la expansión irracional de capitales» y «abordar el crecimiento salvaje» de las empresas tecnológicas.

Además lanzó una clara advertencia: redoblará su escrutinio sobre estas compañías.

«La puesta en marcha de todas estas regulaciones antimonopolio es absolutamente necesaria para mejorar la economía de mercado socialista y promover la prosperidad común», dijo Xi.

El concepto de la «prosperidad común» se ha transformado en el nuevo emblema del gobierno, argumentando que es necesario redistribuir la riqueza en China y fomentar una mayor competencia entre las firmas.

Los caídos

Tras la suspensión de la salida a bolsa del Grupo Hormiga, el gobierno impulsó una serie de restricciones a otros gigantes tecnológicos en áreas tan distintas como comercio electrónico, transporte, tecnofinanzas, videojuegos o empresas de educación online.

El gigante del comercio electrónico Alibaba (que también es parte del imperio fundado por Jack Ma) recibió en abril una sanción por un valor de US$2.800 millones, la mayor multa antimonopolio en la historia del país, luego que una investigación determinara que la firma «abusó de su posición dominante en el mercado».

Tencent logo

Otros gigantes que han formado parte de esta nueva ola de restricciones impuestas por el gobierno son: Tencent (conglomerado de internet), Meituan (reparto de comida), Pinduoduo (comercio electrónico), Didi (equivalente a Uber), Full Truck Alliance (aplicación de transporte de carga), Kanzhun (reclutamiento), empresas educativas online como New Oriental Education o TAL Education.

En tres declaraciones públicas separadas, Alibaba, Didi y Meituan han dicho que cooperarán con las autoridades.

Uno de los últimos casos conocidos fue el del fabricante de autos eléctricos BYD. La empresa planeaba vender acciones de su unidad productora de chips para vehículos, pero la operación fue suspendida por una «investigación regulatoria».

Logo empresa de transporte Didi

Aunque cada caso es distinto, los argumentos esgrimidos por Pekín para justificar sus decisiones giran en torno a dos ejes: frenar los monopolios y «proteger la seguridad» de la información de los usuarios.

En ese contexto se aprobó recientemente una ley que puede exigir la suspensión o cancelación de aplicaciones que procesen «ilegalmente» datos personales «sensibles».

«Mantener el control»

En la llamada cacería a los gigantes tecnológicos convergen, hasta ahora, una ofensiva antimonopolio, una revisión de la seguridad de los datos y otros elementos como el control de la «desordenada expansión del capital», una expresión acuñada por el gobierno en diciembre del año pasado que básicamente se refiere a restringir «el crecimiento a expensas del interés público».

Para algunos analistas el tema de fondo es la premisa de mantener el control.

Soldados chinos con mascarillas en frente de Tiananmen.

Así lo plantea Michael Witt, profesor de Estrategia y Negocios Internacionales de la escuela de negocios Insead en Singapur.

El Partido Comunista Chino «le está poniendo freno a un sector tecnológico que recientemente ha mostrado claros signos de olvidar quién está a cargo», explica en diálogo con BBC Mundo.

  • «China definitivamente se está cerrando, parece que hemos vuelto a los años 90»

Así ocurrió con Jack Ma, explica, cuando criticó al ente regulador antes de la fracasada salida a bolsa del Grupo Hormiga.

Y así también le pasó a la firma Didi cuando no siguió los lineamientos establecidos al pie de la letra. «Eso tampoco podía quedar impune», dice Witt, de acuerdo a la visión del gobierno.

Así las cosas, apunta, «el punto crucial del asunto es el control».

El misterio de la ofensiva

Martin Chorzempa, investigador del centro de estudios Peterson Institute for International Economics, en Estados Unidos, argumenta que aparte del control, el gobierno busca conseguir ciertos objetivos específicos.

Algunos de ellos pueden ser «eminentemente razonables», le explica a BBC Mundo, como por ejemplo, proteger mejor la privacidad de los datos de las personas o contrarrestar algunos de los efectos negativos que el auge de la tecnología ha tenido en las sociedades de todo el mundo.

Pero «si estamos hablando de la nacionalización de datos, una mayor imposición del régimen de censura y menos espacio para que prospere la empresa privada», sostiene Chorzempa, «entonces parece más problemático».

Empleados en la entrada dela central de operaciones de Tencent, Shenzhen.

«El problema es que esta imagen mixta, con lo bueno, lo malo y lo arriesgado tan interconectados, no se presta a una caracterización fácil».

Desde una perspectiva histórica, Angela Zhang, directora del Centro de Derecho Chino de la Universidad de Hong Kong, plantea que la principal razón del gobierno detrás del aumento en las restricciones es abordar algunas de las inquietudes regulatorias de larga data en el sector tecnológico.

«Las empresas de tecnología chinas solían operar en un entorno regulatorio muy laxo, y ahora estamos pasando por la etapa de creación de reglas para estas firmas», apunta.

En el contexto internacional, argumenta en diálogo con BBC Mundo, países como Estados Unidos o los miembros de la Unión Europea «también están aumentando de manera similar el control sobre el sector tecnológico».

Sin embargo, agrega, la campaña oficial también le brinda al gobierno chino una gran influencia para empujar a las empresas tecnológicas a invertir más en tecnología aplicada, y le permite estimular un apoyo masivo con la idea de mejorar «el bienestar social».

«Supremacía tecnológica»

Algunos expertos como Keyu Jin, economista de la universidad London School of Economics, sostienen que el fondo del asunto es tener «supremacía tecnológica» para definir estándares globales y darle forma al futuro en áreas clave.

Esto le permitiría tener una mayor influencia en la economía internacional.

Algunos analistas coinciden con esta visión de que la ofensiva de Pekín gira fundamentalmente en torno a la idea de conseguir esa superioridad tecnológica.

Meituan

En ese sentido, lo que más le interesaría al gobierno es incentivar el desarrollo tecnológico en áreas mucho más estratégicas, como computadoras cuánticas, semiconductores y satélites, en vez de los desarrollos de comercio electrónico o las tecnologías focalizadas en servicios para los consumidores.

Otros especialistas creen que la cruzada del gobierno tiene un fuerte acento puesto en restringir el acceso de inversionistas externos a la información que manejan las compañías chinas.

Drew Bernstein, copresidente de la consultora Marcum Bernstein & Pinchuk (MBP), especializada en asesorías a empresas asiáticas, argumenta que la transformación de las reglas «refleja el cambio de China de ser un imitador tecnológico a convertirse en un tigre tecnológico».

Refleja también, agrega el analista, el «efecto dominó» que pueden tener las grandes empresas tecnológicas en los pilares del plan del gobierno enfocado en 2025.

¿De qué se trata el plan 2025?

El gobierno chino ha presentado un plan de cinco años que describe una regulación más estricta en gran parte de su economía.

El corresponsal de Negocios de la BBC en Singapur, Peter Hoskins, explica que las nuevas reglas van mucho más allá del sector tecnológico, incluyendo también aspectos como la seguridad nacional y los monopolios comerciales.

estudiantes ondean banderas de China y del PCCh en Pekín el 1 de julio, en la plaza de Tiananmen.

El plan de diez puntos que impulsa Pekín establece en un documento que se fortalecerán las leyes para «campos importantes» como la ciencia y la innovación tecnológica, la cultura y la educación.

Según el gobierno, esta nueva ruta llevará a la práctica nuevas regulaciones que incluirán áreas como las «finanzas de Internet, inteligencia artificial, big data, computación en la nube».

Esas ideas que en otro país podrían parecer una declaración general de intenciones, en China parecen avanzar a pasos agigantados, al menos a partir de lo que ha dejado ver la ofensiva contra los gigantes tecnológicos en los últimos meses.

Fuente: https://www.bbc.com/

Monedas digitales: Los bancos centrales entran en el juego

Las nuevas formas de dinero que están apareciendo alrededor del mundo prometen cambiar la manera en que las personas pagarán sus consumos cotidianos, como un café o un almuerzo.

Yuan digital. El Banco Popular de China empezó un plan en cuatro ciudades. Foto: Fotomontaje / EL COMERCIO / AS

 
Desde la aparición del Bitcoin, en el 2009, las criptomonedas han ganado popularidad pero no tanto como para marcar la diferencia en el mercado. Sin embargo, desde que Facebook dio a conocer su propia moneda digital (Libra), se aceleraron los proyectos de monedas digitales por parte de los bancos centrales. La propuesta de Facebook ha tenido resistencia de varios gobiernos por cuestiones de soberanía y por el papel que podría desempeñar la nueva criptomoneda en el sistema monetario internacional. La red social tiene 2 400 millones de personas registradas y podría cambiar el comercio y las finanzas globales.
 
Los bancos centrales temen quedarse fuera de juego si no se adaptan a las nuevas tecnologías y aceleraron sus proyectos para incorporar el sistema de bloques que da soporte a las criptomonedas, conocido como Blockchain. De esta forma, la jubilación de monedas y billetes físicos parece cercana. En su reemplazo aparecerán monedas digitales emitidas por los bancos centrales, que son conocidas en el mundo financiero como CBDC, por sus siglas en inglés.
 
La actual coyuntura de la pandemia juega a favor, ya que las personas están obligadas a evitar el contacto con billetes o monedas, que pudieran ser transmisores del virus. Pero los principales incentivos para la creación de monedas digitales son el ahorro de costos y la rapidez para realizar transacciones en un mundo virtual. La administración del dinero físico demanda demasiados recursos en la actualidad: papel y tintas especiales, diseños antifraude, acuñamiento de monedas, láminas de seguridad, transporte, contratación de autos blindados, almacenamiento, etc.
 
El primer paso para la emisión de una moneda digital emitida por un banco central lo dio China el mes pasado, cuando el Banco Popular de China puso en marcha su plan piloto de la versión digital del yuan. Se llama e-RMB o Renminbi electrónico. Sería la primera moneda digital operada por una gran economía, lo cual abrió un debate geopolítico, ya que podría ser un contrapeso a la hegemonía del dólar en el mundo.
 
El yuan digital permitiría aumentar la velocidad de los pagos interbancarios transfronterizos, que hoy tardan varios días, y disminuiría los costos de las comisiones que se cobran actualmente, lo cual es un gran incentivo para cualquier empresa que opere globalmente.
 
China empezó las pruebas del e-RMB en varias ciudades, incluidas Shenzhen, Suzhou, Chengdu y Xiong’an, además de áreas que albergarán algunos eventos para los Juegos Olímpicos de Invierno Pekín 2022. El periódico China Daily informó que el yuan digital se está probando con servidores públicos para el pago de salarios, a través de una aplicación en sus teléfonos. El Banco Popular de China dijo que una moneda digital oficial salvaguardará la soberanía cambiaria e impulsará el uso global del yuan. La moneda oficial de China representa apenas el 2% de los pagos y reservas mundiales, mientras el 60% está en dólares. Eso significa poder sobre el sistema financiero global, señala Ariana Cairo, escritora del portal Cripto Tendencia.
 
Si bien China lleva la delantera, otros países no querrán quedarse atrás. Francia ya anunció la semana pasada que culminó de manera exitosa la primera etapa de pruebas de su euro digital. Y la BBC señaló que Estados Unidos explora el camino para que la Reserva Federal emita un dólar digital, mientras que Suecia, Canadá, Suiza, Reino Unido, Japón y el Banco Central Europeo también analizan las ventajas y los riesgos de crear dinero virtual regulado por los gobiernos y con respaldo en las monedas de cada nación.
 
Hace un año, al menos 44 bancos centrales estaban investigando o experimentando con monedas virtuales emitidas por ellos, señaló Ashley Lannquist, jefa del proyecto sobre Blockchain del Foro Económico Mundial. En la lista están bancos centrales de Camboya, Uruguay, Tailandia y Caribe Oriental. Para Lannquist, las monedas digitales de bancos centrales pueden aumentar la inclusión financiera, además de agilitar los pagos transfronterizos que realizan bancos o empresas, lo cual tiene gran impacto en las finanzas internacionales. Según el Banco Mundial, un 80% de las personas en Indonesia, Filipinas y Vietnam, y el 30% en Malasia y Tailandia no tienen servicios bancarios. En un mundo donde el uso de efectivo está disminuyendo, utilizar CBDC puede incluirlos en un sistema financiero, dice Rajarshi Mitra, especialista en criptomonedas y colaborador del portal Blockgeeks.
 
El Fondo Monetario Internacional (FMI) también está interesado en este tema. Ha observado que las empresas de tecnología están generando más competencia a los grandes bancos y compañías de tarjetas de crédito. Actualmente, el efectivo y los depósitos bancarios están luchando con el dinero electrónico vinculado a una moneda como el euro o el dólar, señaló el FMI en un informe publicado en julio del año pasado. El documento también menciona los riesgos asociados al dinero digital: la creación potencial de nuevos monopolios; amenazas a monedas más débiles; la protección al consumidor y la estabilidad financiera, entre otros. Pese a los riesgos, los bancos centrales ya experimentan con nuevas tecnologías, esto cambiaría la política monetaria en el mundo.
 
Glosario
Desde la aparición del Bitcoin, en el 2009, la terminología para referirse a estas monedas ha cambiado. Se las llama criptomonedas, moneda virtual o dinero digital, aunque cada término tiene sus particularidades, según el Foro Económico Mundial.
El dinero digital.- En general, es cualquier medio de intercambio monetario que se haga por un canal electrónico. Cuando se hace una transferencia de dinero desde una cuenta de un banco a otra, se está usando dinero digital. Cuando se paga con tarjeta en un comercio, también. Prácticamente todo el dinero del mundo es digital, ya que el efectivo solo representa un el 8% del dinero en circulación.
El dinero virtual.- Es aquel que no existe más que en su formato digital. Por ejemplo, en muchos videojuegos existe internamente una divisa con la que se compran objetos. Este dinero que se usa dentro del juego es virtual. Por definición, todas las monedas virtuales son digitales, pero no todas las digitales son virtuales. Un ejemplo es una cuenta bancaria en euros, es digital pero no virtual. Las criptomonedas, como el Bitcoin, son un tipo de moneda virtual que no tienen un emisor concreto y están protegidas por criptografía. Son dinero virtual y digital. Pero a diferencia de otras monedas virtuales, no tienen un control centralizado y se basa en criptografía para evitar la manipulación de algún miembro.
Las ‘stablecoins’.- Son las criptomonedas que tienen un valor estable, a diferencia del Bitcoin, que tiene una alta volatilidad. En esa línea han surgido nuevas criptomonedas, como Tether o DAI, ancladas al valor de monedas como el dólar o el euro; también al oro o a bienes inmuebles. Incluso tienen algoritmos que reducen su volatilidad.

Fuente: www.elcomercio.com

China : Reconocimiento facial obligatorio para tener línea de teléfono

La nueva ley china implementa reconocimiento facial obligatorio para todas las nuevas altas de teléfono y conexión móvil, a partir de este mismo diciembre.

A veces puede parecer que Internet es un «lugar sin ley», en el que cualquiera puede hacer lo que quiera; en realidad, nuestras acciones en la red tienen cada vez más consecuencias, y el mejor ejemplo en ese sentido lo tenemos en China.

El gobierno comunista no ha ocultado su interés en implementar más controles en Internet, con el objetivo de «garantizar los derechos e intereses» de sus ciudadanos; sin embargo, por el camino está tomando decisiones que pueden vulnerar otros, como el de la privacidad.

El reconocimiento facial, cada vez más extendido en China Los usuarios chinos ya están obligados a presentar la identificación personal y a compartir sus datos personales para obtener acceso a Internet; con la nueva ley, además tendrán que hacerse varias fotografías en diferentes ángulos.

No está claro si los datos obtenidos con el reconocimiento facial se guardan en bases de datos; la ley sólo especifica que este proceso se realiza para realizar comparaciones con los datos ya obtenidos.

Oficialmente, la ley se ha establecido para evitar robos de identidad, en los que un internauta podría usar una identificación falsa para conseguir una línea de teléfono y cometer posibles delitos.

Sin embargo, a nadie se le escapa que el gobierno chino ya usa el reconocimiento facial en otros proyectos más polémicos, como el llamado «crédito social», por el que las cámaras de seguridad de las ciudades reconocen actos como cruzar con el semáforo en rojo para asignar una puntuación a cada persona.

Fuente: omicrono

Del “momento Sputnik” al “momento Huawei”: ¿Se está quedando atrás Estados Unidos?

Nota del editor: Emili J. Blasco es periodista y director del centro Global Affairs de la Universidad de Navarra. Ha sido corresponsal en Berlín, Londres y Washington para el diario ABC de España, donde sigue publicando una columna. Las opiniones expresadas en este artículo corresponden exclusivamente a su autor.

(CNN Español) — China, como en su día la URSS con el lanzamiento del Sputnik, parece estar disputando a Estados Unidos el liderazgo de la próxima revolución tecnológica. Los avances chinos en 5G –la quinta generación de telefonía móvil, que aumenta exponencialmente la velocidad de las telecomunicaciones y el volumen de información transferible, posibilitando con ello la sincronización de operaciones muy complejas– están poniendo al gigante asiático en situación de alcanzar la paridad tecnológica con EE.UU., objetivo que Beijing quiere lograr para 2035.

El pulso entre EE.UU. y China a raíz de Huawei ha mostrado de pronto al mundo la amplia penetración que esa empresa china está logrando en muchos países para desarrollar las conexiones 5G. Eso ha supuesto una sacudida en la percepción general, también entre muchos estadounidenses, sobre la posibilidad de que EE.UU. se esté quedando atrás.

Algo así ocurrió con el lanzamiento en 1957 del Sputnik , el primer satélite artificial, que situó a la URSS por delante en la carrera espacial con EE.UU. Ese primer paso en la conquista del espacio dado por el mayor rival de la Guerra Fría supuso para los estadounidenses una voz de alarma que alcanzó a toda la sociedad: en las escuelas se promovieron más las matemáticas y las ciencias y, al final de la cadena del conocimiento, en 1958 el presidente Dwight D. Eisenhower creó la NASA.

Esa reacción –la capacidad de toda una nación de volcarse en un objetivo, en cerrada disputa con un competidor– se conoció como el “momento Sputnik”. Fue una suerte de “despertar” y “ponerse las pilas”. El notable esfuerzo dio sus resultados y en 1969 el primer hombre pisó la Luna llevando la bandera de las barras y estrellas.

Mucho se ha debatido los últimos años sobre si Estados Unidos está o no en declive o si hemos ya pasado de un orden internacional unipolar a otro bipolar o multipolar. El ascenso de China lógicamente reduce el peso relativo de EE.UU. en el mundo: la economía estadounidense era en 1960 el 40% de la economía mundial; hoy supone el 24%, no porque no crezca, sino por el normal desarrollo de otros países. Además, hay que tener en cuenta que la situación de “superpotencia solitaria” alcanzada con el colapso de la URSS fue una excepcionalidad que difícilmente iba a prolongarse mucho en el tiempo.

En cualquier caso, EE.UU. sigue siendo la primera potencia: en el campo militar su superioridad será incuestionable por décadas y en el económico de momento no ha sido sobrepasado por China. Incluso demográficamente el tiempo juega a favor de EE.UU., que irá reduciendo la diferencia en población activa respecto a China, dado el mayor envejecimiento de la población de este país: la actual proporción de 5 a 1 a favor chino se reducirá al 3 a 1 hacia 2050.

Si el sistema de telefonía móvil 1G tuvo a la estadounidense Motorola como marca emblemática en la década de 1980, el cetro pasó en los 90 a la finlandesa Nokia con el 2G y en la década siguiente a la canadiense Blackberry con el 3G. Apple, con su iPhone, ha sido la marca dominante del 4G en la década en que estamos y Huawei aspira a ocupar ese puesto la próxima. Esa secuencia temporal muestra que EE.UU. estuvo en los comienzos de la innovación y que volvió a controlar el mercado cuando la telefonía móvil dio el salto cualitativo a los celulares inteligentes. Pero hoy, cuando va darse un salto aún mayor, podría perder su posición de liderazgo. De hecho, ninguna marca-país ha tenido un reinado permanente en este ámbito.

Washington puede querer combatir a Huawei en todos los frentes, pero ciertas acciones legales y la presión sobre países aliados para que restrinjan la actividad de la tecnológica china en sus territorios solo darán logros parciales. EE.UU. tiene que vencer a Huawei-China en el terreno tecnológico, y para eso debe sobreponerse como ocurrió ante el éxito ruso del Sputnik. Un “momento Huawei”, sin llegar a la psicosis, es necesario.

Al discutir sobre “declivismo” o de “nueva centuria americana”, según se juzgue de modo pesimista u optimista la marcha de EE.UU., se echa mano de estadísticas que muchas veces al ciudadano de a pie le resultan frías. Hablar de “momento Huawei”, en cambio, puede ser lo suficientemente sugerente –y amenazante– como para reactivar el talento científico y tecnológico que EE.UU. puede generar.

En 2011 tuvo un gran impacto el libro “That Used to Be Us” (Eso solíamos ser nosotros), del columnista del New York Times Thomas Friedman. Era una llamada precisamente a recobrar el liderazgo mundial dando respuesta a los retos planteados por nuestro tiempo. Que el título de ese libro se quede en una frase de alerta o sea la triste constatación de una realidad depende de los propios estadounidenses.

Fuente: cnnespanol.cnn.com

Geopolítica y código abierto, mala combinación

Cuentan nuestros compañeros de MC que China teme que Trump tome el control del Open Source. Así como suena: como si «el Open Source» fuese una mina de diamantes en mitad de ninguna parte y estuviese disputada por ambas potencias… Y quizás la analogía no sea tan desacertada como parece, porque aun cuando el código es contante, un desarrollo con la complejidad del mismo kernel Linux cabe en un USB de 1 GB y te sobra espacio para repetir la operación seis o siete veces.

Sin embargo, el conflicto gira en torno a GitHub, la mayor forja de software del mundo, también de software de código abierto; propiedad de Microsoft y bajo la arbitrariedad de las leyes e impulsos del Gobierno de Estados Unidos, hoy en manos de Donald Trump. Así, las reglas de control de exportación de GitHub indican que todo el contenido alojado en la plataforma debe cumplir con las leyes de exportación de Estados Unidos, incluyendo las regulaciones de administración de exportaciones (EAR) que la Administración Trump ha utilizado para atacar al negocio de Huawei e imponer vetos que han afectado a otras grandes empresas y organizaciones.

En declaraciones de Liu Chen, director de operaciones de Open Source China (OSChina), la comunidad de código abierto más grande del país: «Para los desarrolladores, el código fuente es un recurso muy importante. Si los usuarios de GitHub de China se verán afectados depende en gran medida de la fuerza y ​​el alcance de las sanciones de exportación de Estados Unidos contra China, que hoy no podemos determinar. Esto es realmente malo porque el progreso de la evolución de software podría ser más lento. Los proyectos de código abierto benefician a muchas partes en todo el mundo, no solo de los Estados Unidos o China. No hay un solo país o empresa que pueda escapar de los proyectos de código abierto en la actualidad«.

Dicho con otras palabras, el software de código abierto se ha convertido en un recurso crítico para el tejido empresarial a nivel global, y que el principal repositorio de código abierto del mundo esté sujeto a los caprichos de una administración como la de Donald Trump no ofrece seguridad a las partes que no estén dispuestas a doblegarse a la voluntad del gigante estadounidense. Pero el gigante chino no está por la labor de dejarse hacer sin oponer resistencia, y de hecho su plan B está en marcha: se llama Gitee y como parece indicar su nombre, se trata de un clon de GitHub que llegado el momento podría recoger todo el código fuente disponible de manera abierta.

Lo fundamental es que ni siquiera el código abierto, el software libre si se prefiere, está al margen de la geopolítica. Tomando como ejemplo este caso, cualquier compañía que opere en Estados Unidos está sujeta a las leyes de exportación del territorio. No es algo nuevo, aunque la situación se haya agravado por enfrentar a las dos grandes potencias de la actualidad. «Desafortunadamente, Red Hat no puede proporcionar el software, la documentación o el soporte de Fedora a individuos en naciones embargadas, debido a la ley de exportación de los Estados Unidos» es una cita que dio de qué hablar hace unos años, afectando a países como Cuba, que todavía sigue vigente.

Fuente: www.muylinux.com

Más del 40% de los PC que Dell ha vendido en China iban con Ubuntu

enchina

En concreto, un 42% de los PC que Dell ha vendido en China en el último ejercicio se distribuyeron con Ubuntu, informan en el Wall Street Journal.

Según apunta Han Naiping, CEO de China Standard Software, el fabricante estadounidense es la primera marca occidental en vender en territorio chino ordenadores personales con su propio sistema operativo, NeoKylin OS, basado en Ubuntu Kylin, que a su vez es una de las variantes oficiales de Ubuntu. Aunque no es el único, claro, y por allí andan HP y otras compañías.

Recordamos que China prohibió Windows 8 y puso fecha al fin de Windows en general, lo cual sucederá en un principio en 2020 y solo en lo que a las administraciones públicas concierne. El mercado de consumo es otro cantar y como indican en Phoronix, es posible que muchos de esos PC que se han vendido con Ubuntu hayan terminado con la copia pirata de Windows de turno. En cualquier caso, es imposible de comprobar.

¿Está el éxito comercial de Ubuntu en China?, nos preguntamos hace un tiempo. Por lo visto, no van por mal camino. Y además de Ubuntu está Deepin, otra derivada suya, pero proyecto cien por cien chino y bastante interesante de cara al usuario común, que también intenta abrirse paso.

En otro orden de cosas, Dell comenzó este año a vender equipos con Ubuntu en Colombia, Ecuador y Perú; y hace apenas unos días os contábamos por qué ya no podréis comprar el XPS 13 en Europa, al menos hasta la próxima hornada. Buen balance, dentro de lo que cabe.

Fuente: www.muylinux.com

Para el año 2020 GNU/Linux será el rey, según los chinos

bandera-china-tuxEl gigante asiático avanza con sus planes de independencia tecnológica y según se ha hecho saber esta semana, esperan librarse por completo de Windows para 2020. Un inmenso hueco que será ocupado por GNU/Linux, en un principio.

En un final la cosa es más complicada. Por un lado, China no ha perdonado a Microsoft el abandono de Windows XP, prueba de ello fue la tajante prohibición de Windows 8 en la Administración; por el otro, la guerra silenciosa que mantiene con Estados Unidos es un nido de desconfianza en el que ambas partes recelan de la tecnología del contrario, y en el caso de China con más razón, siendo Windows software privativo en el que el pleno acceso al código fuente les está vedado.

Ahora bien, ¿qué hará el Gobierno chino? ¿Utilizará una solución -una distribución- ya existente, colaborará en su desarrollo y no esconderá ninguna sorpresa, o lo hará solo en parte y se reservará su cota de dominio? Lo segundo parece más probable, y es que ni siquiera los medios oficiales han respondido a esto. La respuesta al fin de Windows XP fue su propio Linux, sin especificar. Sin embargo, sabiendo como sabemos que Ubuntu en la forma de Kylin gobierna la supercomputadora más rápida del mundo, radicada en China, no sería de extrañar que todo comience y termine en Ubuntu, ya que son más las derivadas de ésta en juego.

Sea como fuere, la migración a Linux contempla un ritmo del 15% anual, por lo que se estima 2020 como el año en el que todos los equipos informáticos de la Administración habrán dejado atrás cualquier rastro de Windows. 2020, dicho quede, va a ser un año importante para el pingüino, porque China no es la única nación que ha emprendido ese camino: a principios del pasado junio Corea del Sur anunció prácticamente lo mismo.

Toca esperar a ver cómo se suceden los acontecimientos: si el éxito comercial de Ubuntu está en China y si será en base a Kylin. O, más significativo, si los fabricantes de hardware estarán a la altura… por lo que les conviene.

Fuente: Forbes

China y su sistema operativo GNU/linux para Octubre

China pude tener listo su propio sistema operativo en octubre. No se trata de un rumor ni de una sospecha, sino de la declaración de un alto responsable del proyecto realizada ante la agencia de noticias Xinhua, la más grande del país y la oficial del gobierno.

El sistema operativo está dirigido a su uso en el escritorio, con la intención de extenderse a dispositivos móviles. La meta última es poder competir contra rivales de la talla de Microsoft, Apple y Google, con un desarrollo de construcción nacional.

china-linuxEl nuevo sistema operativo debería ser capaz de sustituir en un plazo de entre uno y dos años a los que se emplean en la actualidad en el escritorio, y a los sistemas operativos móviles en el curso de los próximos tres o cinco años.

China quiere alcanzar su independencia tecnológica. Las revelaciones de Edward Snowden sobre el espionaje que realiza EE.UU a las principales potencias extranjeras, ha aumentado el recelo del gigante asiático. Con esta iniciativa se quiere también proteger la industria local.

Las autoridades chinas ya manifestaron su disconformidad con el control que ejerce Google sobre la industria de telefonía china a través de su sistema operativo Android, discriminando, a su entender, a algunas empresas del país.

Por otro lado, el enfrentamiento con Microsoft se ha ido caldeando en los últimos meses. Recordemos la prohibición del uso de Windows 8 en los ordenadores del gobierno, y la posterior inspección sorpresa en varias oficinas de la empresa norteamericana. La prohibición se ha llevado a cabo invocando razones de seguridad, y la inspección por supuestas prácticas monopolistas.

La base sobre la que descansa el nuevo sistema operativo pudiera ser GNU/Linux, en especial Ubuntu, tras el acuerdo de colaboración entre Canonical y el gobierno chino realizado a principios del año pasado. Tal vez con un enfoque en la misma linea, salvando las distancias, que Red Star OS. Si se cumple el calendario, en octubre lo sabremos.

Fuente: www.somoslibres.org

China nombra a Windows 8 amenaza para la seguridad nacional

windows-8_virusPrimero fue un tira y afloja para que Microsoft mantuviera el soporte técnico a Windows XP; después llegó la recomendación de Linux como reemplazo; más tarde Windows 8 fue prohibido en la administración del estado, para finalmente, nombrarlo como una amenaza a la seguridad nacional.

Es difícil saber las motivaciones del gobierno chino para tomar esta decisión, si son técnicas o políticas, en respuesta a la presentación por Estados Unidos de cargos criminales por ciberespionaje contra cinco oficiales chinos. En todo caso el problema es patente porque Windows XP está instalado en la mitad de los ordenadores chinos.

“Microsoft no abre el código fuente de Windows 8 para el gobierno chino y el esquema de seguridad del sistema operativo está diseñado para proporcionar un mejor acceso de Microsoft a la base de datos de los usuarios. Para China es un gran desafío en nuestra seguridad de la información, explican.

China cree que la NSA está utilizando Windows 8 para recoger datos sobre sus ciudadanos.“Estos datos pueden ser una buena manera para que los Estados Unidos supervisen otros países”, advierten desde la academia china de ingenieria.

Microsoft está trabajando con el gobierno chino para disipar sus temores, pero la situación va del mal en peor para la compañía de software. “China ha puesto en marcha una oficina para estudiar la ciberseguridad y la tecnología de la información con el fin de crear nuestro propio sistema operativo que resuelva los problemas que nos ocupan”. dicen.

China desarrolla sistema operativo basado en Linux tras cierre de Windows XP

China se enfocará en el desarrollo de un nuevo sistema operativo (SO) basado en Linux para enfrentar el cierre de Windows XP, declaró hoy un funcionario.

China se enfocará en el desarrollo de un nuevo sistema operativo (SO) basado en Linux para enfrentar el cierre de Windows XP, declaró hoy un funcionario.
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Zhang Feng, ingeniero en jefe del Ministerio de Industria y Tecnología Informática, dijo que «el ministerio intensificará el apoyo para el desarrollo de ese SO». Microsoft puso fin el 8 de abril al apoyo para Windows XP de 13 años de antigüedad y aconsejó a sus usuarios actualizar el software a Windows 8 o adquirir una PC nueva de ser necesario. Alrededor del 70 por ciento de las computadoras personales chinas, aun en los sectores críticos como las telecomunicaciones, siguen operando con Windows XP.

«El cierre generará riesgos directamente a las redes de telecomunicaciones básicas de China y amenazará su seguridad en general», dijo Zhang.

En febrero, Tencent, Kingssoft, Sogou y otros proveedores de servicios de internet chinos dijeron que ofrecerán asistencia técnica para usuarios de Windows XP para actualizar los sistemas y protegerlos de riesgos.

Zhang aconsejó a los usuarios individuales instalar software protector de fabricación china para evitar posibles ataques en línea o fugas de información.

Linux es un SO ensamblado bajo el modelo de desarrollo y distribución de software de fuente libre y abierta. Se trata de un SO líder en los servidores, computadoras centrales y supercomputadoras.

Se calcula que Linux representa menos de 1,5 por ciento del mercado mundial, a diferencia de casi 91 por ciento de Windows y de cerca de ocho por ciento del OS X de Apple.

Fuente: http://spanish.china.org.cn/


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