La española bq lanzará el primer móvil con Ubuntu el próximo febrero

En efecto, será la española bq la pionera en ofrecer Ubuntu en smartphones en Europa y posiblemente en todo el mundo, a pesar de que solo comercializa sus productos en la zona euro y a la espera de que la china Meizu concrete fechas, ya que lo último que supimos es que retrasaba el lanzamiento de su dispositivo hasta principios de 2015.

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bq, por su parte, apunta a la segunda semana de febrero para presentar su primer smartphone gobernado Ubuntu, el Aquaris 4.5 que ofrece actualmente con Android y que en el caso de Ubuntu situará su precio por debajo de los 149 euros que vale el modelo con Android.

Aquaris 4.5 es un terminal de gama media con las siguientes características técnicas a destacar:

  • Pantalla 4,5 pulgadas y resolución de 960×540 píxeles
  • SoC Mediatek Quad Core ARM Cortex A7 a 1.3 GHz
  • 1GB de RAM
  • 8GB de almacenamiento interno

El Aquaris 4.5 con Ubuntu comenzará a venderse en Europa a partir de la segunda semana de febrero y únicamente a través de la propia página de bq. Siempre que no haya imprevistos, claro. Y esperemos que no los haya. Porque desde que se anunció que Ubuntu sería multidispositivo hasta que por fin parece que vamos a poder verlo de verdad. tela.

Fuente: www.muylinux.com

Steel X, el primer Mountain pensado para Linux

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Para nadie que haya seguido la Zona Mountain desde el principio será una sorpresa que el primer equipo recomendado por MuyLinux pertenezca a la serie Steel. Un sobremesa que la compañía califica con acierto como “la workstation más equilibrada” y que hará las delicias de cualquier profesional o usuario avanzado.

Pero antes de presentar al protagonista de hoy, unos apuntes: éste no es el Steel 20 original, tampoco el Steel 20 personalizado que me monté un par de meses más tarde, aunque está basado en él. Tras la última regeneración de equipos Mountain la serie Steel pasó a tener tres modelos: Steel v4, Steel v6 y Steel X, que es el que nos interesa.

La principal diferencia del Steel X con respecto al “antiguo” Steel 20 es la nueva caja en blanco, más del estilo oficina siglo XXI que el clásico negro, que sigue disponible; con respecto a los dos Steel que quedan, el X ha “congelado” sus componentes para garantizar la máxima compatibilidad con GNU/Linux, sin renunciar a la potencia típica de Mountain.

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Sin embargo, aun congelando componentes, no se trata de un equipo cerrado. El comprador tendrá margen de elección y ampliación. Por ejemplo, chasis en blanco o negro. Estas son las especificaciones técnicas del Steel X y sus variantes:

  • Intel i5 4460 (ampliable a i7 4790)
  • 8GB DDR3 1600 Mhz (ampliable a 16/32GB)
  • SSD Crucial MX100 256GB
  • Disco duro secundario de 1TB 3,5″ (ampliable a 2TB 3,5″ o SSD Crucial M500 960GB)
  • Tarjeta gráfica integrada Intel HD4600 de 1,7 GB DDR3 (memoria compartida con sistema)
  • Opcional: Nvidia GTX 760 2GB GDDR5
  • Grabadora DVD

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En la página del producto se encuentran las especificaciones técnicas al completo, mientras que en la página de compra se pueden visualizar las diferentes configuraciones que permite el Steel X recomendado por MuyLinux… Porque, y esto es importante, cualquiera puede ir a la web de Mountain, configurar un equipo a su gusto y pedirlo con Ubuntu, y con Ubuntu le llegará, además, con una preinstalación avanzada. Pero si lo que se busca es un equipo redondo, probado y comprobado para la mejor experiencia con Ubuntu, el sello de MuyLinuxtiene exactamente ese propósito.

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Si el Steel X ha captado definitivamente tu atención pero tienes dudas, he aquí unos consejos / comentarios que te pueden ayudar:

  • Dependiendo del caso de uso no es necesaria una gráfica dedicada. La Intel HD4600 ofrece un rendimiento excelente e incluso es válida para jugar, con topes. Con la Nvidia GTX 760 se puede jugar a todo al máximo, o utilizar su potencia de cómputo en otros menesteres. La clave es que habiendo gráficas más recientes, este modelo asegura un equilibrio entre rendimiento y compatibilidad óptimo.
  • Aunque mencionamos los juegos, el Steel X no está pensado estrictamente para jugar. Más bien se trata de una máquina ideada para tareas profesionales que precisen de la robustez que predican en Mountain, e, igual de considerable, de las capacidades de una caja a la que le cabe mucho. Si eres firme seguidor del método RAID, el Steel X está hecho para ti.

Por cierto: el Mountain Steel X solo está disponible con Ubuntu.

Fuente: www.muylinux.com

Para el año 2020 GNU/Linux será el rey, según los chinos

bandera-china-tuxEl gigante asiático avanza con sus planes de independencia tecnológica y según se ha hecho saber esta semana, esperan librarse por completo de Windows para 2020. Un inmenso hueco que será ocupado por GNU/Linux, en un principio.

En un final la cosa es más complicada. Por un lado, China no ha perdonado a Microsoft el abandono de Windows XP, prueba de ello fue la tajante prohibición de Windows 8 en la Administración; por el otro, la guerra silenciosa que mantiene con Estados Unidos es un nido de desconfianza en el que ambas partes recelan de la tecnología del contrario, y en el caso de China con más razón, siendo Windows software privativo en el que el pleno acceso al código fuente les está vedado.

Ahora bien, ¿qué hará el Gobierno chino? ¿Utilizará una solución -una distribución- ya existente, colaborará en su desarrollo y no esconderá ninguna sorpresa, o lo hará solo en parte y se reservará su cota de dominio? Lo segundo parece más probable, y es que ni siquiera los medios oficiales han respondido a esto. La respuesta al fin de Windows XP fue su propio Linux, sin especificar. Sin embargo, sabiendo como sabemos que Ubuntu en la forma de Kylin gobierna la supercomputadora más rápida del mundo, radicada en China, no sería de extrañar que todo comience y termine en Ubuntu, ya que son más las derivadas de ésta en juego.

Sea como fuere, la migración a Linux contempla un ritmo del 15% anual, por lo que se estima 2020 como el año en el que todos los equipos informáticos de la Administración habrán dejado atrás cualquier rastro de Windows. 2020, dicho quede, va a ser un año importante para el pingüino, porque China no es la única nación que ha emprendido ese camino: a principios del pasado junio Corea del Sur anunció prácticamente lo mismo.

Toca esperar a ver cómo se suceden los acontecimientos: si el éxito comercial de Ubuntu está en China y si será en base a Kylin. O, más significativo, si los fabricantes de hardware estarán a la altura… por lo que les conviene.

Fuente: Forbes

Los 10 primeros años de la gesta Ubuntu

Quizá no fue casualidad que la noticia inicial sobre Ubuntu me haya llegado de parte de un sacerdote; después de todo, la palabra «ubuntu» hace referencia a un concepto ético y filosófico de origen sudafricano. Ese querido amigo puso en mis manos una respuesta que había estado esperando durante años. Es decir, una forma más amigable de distribuir, instalar, usar y configurar Linux.

«Más humana», diría Mark Shuttleworth, el hombre de negocios que se hizo rico gracias al software libre y decidió, por eso, donar parte de su fortuna a la comunidad; uno de los mandamientos de la filosofía ubuntu. Pasado mañana, el fruto de esa decisión, cumplirá 10 años.

Shuttleworth fundó Canonical el 5 de marzo de 2004 para poner en marcha ese proyecto y, en octubre, presentó la primera versión de Ubuntu Linux, con el número 4.10 (por octubre de 2004) y el nombre «Warty Warthog» (sólo a partir de la tercera edición las denominaciones se ordenarían alfabéticamente).

ubuntu-chinaEsté uno de acuerdo o no con algunas de las ideas de Shuttleworth, una cosa es indiscutible. De todas las cosas Linux, Ubuntu es la única palabra que una porción significativa del público reconoce. Y si Linux le suena a muchos es, en gran medida, gracias a Ubuntu. «Desde una visión macro, el mayor aporte de Ubuntu fue lograr mucha visibilidad para, a partir de eso, interesar a gente común y corriente para que se acerque, se entere, pruebe. Pero la intención no era sólo que probaran el sistema operativo, de otro modo Canonical no se habría molestado en crear un manual de conducta y el sistema de membresía basado en una meritocracia. La intención era también que compartieran la filosofía ubuntu», me dijo Guillermo Lisi, Ubuntu Member desde 2007, con quien hablé esta semana.

Algún tiempo antes de que la distribución de Shuttleworth viera la luz me atreví a criticar el estilo innecesariamente elitista, hermético y centrípeto de una parte del ambiente Linux. Por supuesto, unos cuantos me pegaron con todo lo que tenían a mano, desde bates de béisbol hasta cepillos de dientes. A confesión de partes, relevo de pruebas, como se dice.

Pero una década después, las cosas han cambiado diametralmente. Al revés que a principios del siglo, la actitud es ahora amable y generosa con los novatos que hacen preguntas obvias. Salvo por unos pocos trogloditas que todavía creen que saber mucho de computadoras les confiere alguna clase de superioridad (no, muchachos, ni cerca), la solidaridad es ahora la regla. De hecho, es mucho más fácil conseguir ayuda confiable sobre Linux que sobre Windows.

En total, Shuttleworth puso en práctica una posición que muchos veníamos sosteniendo, y acertó. Ubuntu fue clave en este cambio de paradigma en el que el novato pasó de sufrir la descalificación y el escarnio a recibir una calurosa bienvenida y ayuda buena y bastante.

Celebro eso, no sólo porque es bueno en sí mismo, sino también porque era clave para que el software libre saliera del gueto corporativo y llegara al escritorio del gran público. No es que esto sea menester en todos los casos. Muchos programas son conocidos sólo dentro de las grandes compañías. Pero aquí estamos hablando de algo de un orden superior, no de otra aplicación de finanzas o de CRM. Estamos hablando de estándares abiertos.

Históricamente, y no hay ningún motivo para que esto vaya a cambiar, los estándares abiertos han facilitado la innovación, porque cualquiera puede usarlos sin límites, sin pedir permiso, sin costo.

Supongo que es prístino que nos hace falta mucho más progreso técnico, y con cierto grado de urgencia. Hay docenas de problemas gravísimos que podríamos resolver con más y mejor tecnología.

Ahora bien, la única forma en que los estándares abiertos pueden prosperar es si alcanzan un grado muy alto de difusión. Es decir, al revés de lo que siempre creyeron los que profesaban el maltrato, Linux necesitaba (y sigue necesitando) al novato. No al revés.

DE TAL PALO

Ubuntu se apoya sobre los hombros de un gigante: Debian, la más difundida y respetada de las distribuciones de Linux -de la que Shuttleworth fue programador-, pero también la menos conocida para el público. Los críticos -que abundan- sostienen que Ubuntu toma de Debian más de lo que aporta. Es falso. Ubuntu funcionó como el vector que transmitió la idea de Debian al resto de nosotros y contribuyó, con esto, a que los estándares abiertos se masificaran.

Cierto, Canonical no respeta el principio rector de Debian de distribuir sólo software libre. Y, no, claro. No había forma de convencer a toda la industria de divulgar graciosamente las intimidades de su hardware para que el público masivo pudiera tener Wi-Fi en su notebook u oír MP3. Alguien tenía que ser políticamente incorrecto para que los loables ideales de Debian se perpetuaran.

TURBULENCIA MÓVIL

La primera década de este sistema operativo viene a coincidir, por otro lado, con un momento de transición del mercado digital. Muchos analistas creen que la computadora personal está agonizando, un razonamiento lineal que se ha mostrado erróneo durante 30 años. «Considerar que la PC está muerta es una falacia. De hecho, los planes de convergencia de Ubuntu siguen considerando a la PC como uno de los pilares fundamentales, simplemente porque no hay modo de programar en serio sin usar una computadora personal», me dijo Lisi.

Lo que está ocurriendo, a mi juicio, es que el ecosistema se atomizó. Antes hacíamos todo con la computadora porque no había más remedio. Pero llegó un momento en el que fue viable y económico crear dispositivos con el mismo poder de cómputo (o, para ser exactos, con un poder de cómputo equivalente), pero de bolsillo. En total, la PC comparte ahora el escenario con tablets, smartphones, e-readers y wearables. Eso es todo, y es un fenómeno que la mayoría de las industrias de consumo masivo experimentan. Basta salir a la calle. No hay sólo autos y camiones, como pretendió Steve Jobs. Hay 20 tipos diferentes de vehículos. Es normal.

Sin embargo, ninguna de las distribuciones de Linux que tenían una posición dominante cuando salió el iPhone (2007) vio a tiempo esta atomización en ciernes. Ubuntu estaba demasiado concentrado en ganarle a Windows para advertir que, potencialmente, tenía entre manos el nicho que al final conquistó Google con Android. Sí, Android se basa en el núcleo de Linux y emplea un servidor gráfico alternativo y una biblioteca estándar de C creada ad hoc por Google, llamada Bionic. Ya sé, suena incomprensible, pero es algo que no estaba fuera del alcance de Ubuntu o cualquier otra distribución importante.

Paradójicamente, Linux está por todas partes hoy. En dispositivos móviles, routers, electrodomésticos (los smart TV, por ejemplo), autos, supercomputadoras, instrumental médico, equipos de GPS y naves espaciales. Hasta la Máquina de Dios usa Linux.

Para Lisi, la batalla por la movilidad no está perdida, pese a que Canonical se enfrenta a dos titanes, Google y Apple. En su opinión, para ser el primero en un mercado hace falta tener mucho dinero para pagar los costos iniciales. No es algo que le sobre a Canonical.

Veremos cómo sigue la historia en este sentido. Ubuntu Touch, una capa de software que se instala sobre el núcleo y los componentes principales del sistema operativo para que funcione en móviles con pantalla táctil, ha recibido buena recepción. Forma parte del plan de convergencia de Canonical para el futuro. ¿Alguna otra cosa? «Le están prestando mucha atención a la computación en la nube -me dice Lisi-. Ofrecer esta clase de servicios hoy cuesta mucho dinero. Pues bien, tal como hicimos con los sistemas de escritorio y para servidores, se buscará bajar la barrera de entrada para que más empresas puedan brindar servicios de computación en la nube.»

AYER NOMÁS

Como suele ocurrir, estos diez años pasaron volando. Mi relación con Linux, en realidad, comenzó mucho antes, en algún momento de 1996. Durante ese año había estado usando el OS/2 Warp de IBM. Entonces me enteré de la existencia de un incipiente ecosistema de software libre, algo con un nombre raro, incluso para la computación: «Linux». Conseguí los CD (no había posibilidad de descargarlo de Internet todavía, porque el ancho de banda era unas 60 veces menor al promedio actual) y me apresuré a probarlo. Fue el inicio de la aventura que más me enseñó sobre tecnología digital y sobre el software libre, que era algo mucho más grande y más antiguo que Linux.

Pero fue también muy arduo. Las pilas de manuales -los que imprimía en casa y los que compraba- rodeaban mi mesa de trabajo, cada vez más altas. Me encantaba, pero era consciente de que casi nadie, fuera del ambiente informático, podía contar con tanta cantidad de tiempo para tales asuntos, ni iba necesariamente a compartir mi entusiasmo. Alguien me dijo, en aquellos días, si no creía que todo ese rollo de Linux era una moda pasajera, si no estaba perdiendo el tiempo en algo destinado a fracasar.

No, no creía eso. Le tenía fe y la libertad ha sido siempre mi obsesión. Así que seguí adelante. Cada día aprendía algo nuevo, cada día vencía un nuevo obstáculo. En los meses siguientes fui adoptando este sistema para prácticamente todo: escribir, Internet, secuenciar música MIDI, grabarla en el disco duro, ripear mis CD, hacer diseño 3D. Poco a poco incorporaba una tarea nueva. Por momentos era frustrante. Pero tengo esa cosa con la resolución de problemas que me llevaba a insistir hasta encontrarle la vuelta.

La idea era fascinante. Pero estaba encerrada dentro de su propia complejidad. En realidad, razonaba, todos los sistemas son, en el fondo, muy complejos. Sólo que no lo vemos, no accedemos a sus entrañas más profundas. Excepto en Linux. Estaba bueno, porque te daba un poder que Windows y Mac habían dejado siempre fuera del alcance del usuario.

Pero sentía también que así nunca llegaría a hacerse masivo. Hay talentos enormes en todas las disciplinas que no hubieran podido siquiera instalar un Linux en aquella época. Ubuntu vino a cerrar esa brecha. Cuando maduró, después de varios años, pude, por fin, empezar a recomendar Linux a aquellos que no tenían ni idea de computación. Más de 15 años después, la misma persona que me dijo que Linux era una moda pasajera usa Ubuntu en su computadora.

Desde luego, muchos otros factores contribuyeron a este cambio. El que la Web se haya transformado en una plataforma compartida por todos los sistemas operativos es uno de ellos, por ejemplo. Pero el puntapié inicial fue el 20 de octubre de 2004.

Feliz cumpleaños, entonces, para este proyecto que al principio parecía quimérico, casi ingenuo, y que hoy se ha convertido en misión cumplida.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/

La Agencia Espacial Europea confía en SUSE, la NASA en Ubuntu

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Si el año pasado nos enteramos de que Debian es el sistema elegido para gobernar los portátiles de la Estación Espacial Internacional en sustitución del zombi Windows XP, le ha llegado el turno al camaleón alemán, y es que SUSE Linux hará lo propio en los equipos de la Agencia Espacial Europea (ESA).

La noticia no viene de ahora, el despliegue comenzó en 2012 y ha continuado hasta este mismo año, en el que SUSE Linux Enterprise Server (SLES) ya se encuentra presente en alrededor de 450 equipos tanto en las instalaciones del Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC), parte de la ESA, como en equipos para Sistemas de Control de Misión y simulación o control de aeronaves y satélites fuera de la atmósfera y más allá.

¿Por qué SUSE Linux? “El rendimiento es importante, pero la fiabilidad y facilidad de mantenimiento son claves cuando se trata de sistemas operativos. Desde una perspectiva de ingeniería, necesitamos un producto que sea fácil de entender y que no sea excesivamente complicado. Y es de vital importancia escoger un sistema que esté respaldado por soporte profesional a largo plazo“, apunta Ernesto Doelling, jefe de sección en el ESOC.

Nuestra función interna de TI recomienda Linux -y, específicamente, SLES- como la opción más confiable. ESA ha desplegado alrededor de 100 instancias de SLES en los últimos 12 meses, incluyendo tanto los nuevos sistemas y entornos migrados“, añade Euan Hogg, ingeniero Senior IT en el ESOC.

Según explican en la nota informativa, por lo general se ha tratado de migraciones desde otros sistemas operativos, desde Windows a Solaris, aunque no en todos los casos, sino que se ha recurrido a la mejor solución técnica. De hecho, en el ESOC llevan trabajando con SUSE Linux y otras soluciones de software desde muchos años atrás. Ahora, no obstante, parecen encantados de haberse decantado por la distribución alemana para dominar al grueso de sus máquinas.

Además del soporte comercial y la fiabilidad de SUSE, otro argumento que ha gustado a los ingenieros de la ESA es el viejo pero renovado y nunca superado YaST, el centro de control más potente de GNU/Linux.

Todos los detalles de este caso de éxito de SUSE Linux -que recogemos de la comunidad de openSUSE en Twitter-, en este documento (PDF).

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Cambiando de tercio pero siguiendo con la ciencia como hilo conductor, hace unos días que salía publicado un vídeo de la Operación IceBridge, una misión de mapeo avanzado que lleva a cabo la NASA en la Antártida para estudiar el movimiento del hielo marino en esa región. Un tema muy interesante que, sin embargo, entra en estas páginas porque sale Ubuntu.

En el siguiente vídeo se puede apreciar cómo usan Ubuntu -Unity inclusive, sí señor-, además de alguna que otra cosilla que podéis ir desentrañando por vuestra cuenta. Lo íbamos a reservar para el PING, pero he aquí de acompañamiento perfecto.

Fuente: www.muylinux.com

A la cabra le gusta la montaña, al pingüino no tanto

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Arrancamos este viernes con un titular de los que me gustan, de los que suenan raro, excepto para cualquiera de los que nos leéis habitualmente. Aun así, hay margen para la confusión, porque si bien la cabra es Trusty Tahr y la montaña no tiene equívoco, el pingüino no es Tux, sino Wheezy. ¿Me atrevo entonces a decir que Ubuntu 14.04 funciona mejor en un portátil, el Graphite 30, que Debian 7.5 en una worsktation como la Steel 20? Me atrevo.

No es ninguna sorpresa, desde luego; es la razón por la que Ubuntu es la distribución número uno en el segmento de escritorio de consumo y corporativo: Ubuntu es la única que ofrece los requisitos clave para cualquier usuario, sean cuales sean sus necesidades. A saber: Ubuntu es un sistema totalmente gratuito, ofrece versiones de soporte extendido, soporte comercial profesional y es compatible con el hardware más reciente.

Así, cuando instalas y configuras adecuadamente Debian 7.5 en una máquina como la Steel 20, es cuando te das cuenta de que el resultado no es redondo. Y me explico: Wheezy funciona estupendamente en la Steel 20, va como un tiro. Pero no es suficiente. Extendamos la explicación.

Para empezar, iba a montar un escritorio, no un servidor, por lo que elegir un entorno de escritorio era lo primero. Al mismo tiempo, quería montar también un pequeño servidor, lo que me hacía dudar de si irme directo a KDE, lo más solvente a mi juicio de la oferta de Debian. Porque elegir una versión pasadita de GNOME con apenas soporte para extensiones es sufrir, y Xfce o LXDE me quedan cortos, acostumbrado a alternativas más potentes.

Hay que tener en consideración que no pruebo estos equipos unas horas y redacto mis impresiones. Los utilizo durante semanas diariamente, exactamente igual que si fuesen míos y un poco más allá. Es la única forma de probar y comprobar bien las cosas para luego contarlas aquí. Por eso mismo, me cuesta hacer según qué esfuerzos, aunque hago concesiones, como las hice en esta ocasión.

Instalé Debian 7.5 con sabor a Xfce -ojo, la instalé conforme salió y la he estado utilizando hasta este lunes- y una vez acomodado, la experiencia de uso era excelente. Imaginaos cómo va la combinación de Debian y Xfce en un hardware como el de este Mountain: rapidísimo y tan estable como te esperas. De hecho, animado por las buenas sensaciones, me monté mi propio ownCloud en local, tal y como sugerí en el artículo de presentación del Steel 20.

Lo más cómodo para mí hubiese sido quedarme con el buen sabor de boca y transmitirlo aquí tal cual. Sin embargo, eso habría supuesto contar solo media verdad… y luego está lo del sufrimiento. Es decir, consideraciones objetivas y personales en la misma coctelera. Las objetivas, que son las que os interesan, pasan porque Debian funciona efectivamente muy bien sobre este hardware, pero podría, debería funcionar mejor.

La instalación detectó únicamente la tarjeta gráfica dedicada, Nvidia GTX 760 de 2GB GDDR5, que gobernó por defecto con los controladores libres Nouveau. ¿Y que comenté al final de mis primeras impresiones del Graphite 30 con Ubuntu 14.04? Que utilizar el controlador libre, aunque es una opción, es infrautilizar la potencia de la máquina. Así, un escritorio sin composición como Xfce en Debian corre de fábula con Nouveau. Hasta que le pides más.

Entonces, aburrido de Xfce, instalé KDE… KDE 4.8, que salió a principios de 2012… Y acostumbrado a estar siempre a la última con KDE, fue un poco raro. Por lo menos también iba bastante bien con los controladores libres. Pero fue “volver a casa” y apetecerme jugar un poco, e instalar los controladores privativos de Nvidia se hizo obligatorio. El rendimiento gráfico mejoró, pero no iba lo fino que debiera. El controlador de Nvidia ha mejorado mucho en sus versiones más recientes, especialmente en lo que concierne al soporte de tarjetas modernas, y vaya si se nota.

Las posibilidades que tenía ante mí eran quedarme con lo que había, que no era perfecto pero sí muy aceptable, o actualizar los controladores de Nvidia y otros componentes del stack gráfico, sobre todo si tenía intención de probar con la Intel. Otro cruce de caminos.

Si me hubiese comprado el Steel 20 para mi negocio -como sugerí con el ejemplo de montar un puesto de oficina y un servidor como tantas pequeñas empresas tienen- con el objetivo de instalarle Debian, no me importarían estos temas de compatibilidad de los que estoy hablando. Por dos motivos básicos:

  1. Un puesto de trabajo es para trabajar y lo único imprescindible es que se cubran las necesidades.
  2. El Steel 20 es un equipo de larga duración, de los que se renueva cada muchos años.

Por lo tanto, no importa que hablemos del Steel 20 o de una workstation de otra marca con similares prestaciones, porque el “problema” sería el mismo. Además, cuando realizas un desembolso notable para cubrir un puesto de trabajo, no es aconsejable ser corto de miras. Por lo tanto, insisto, de haberme quedado con Xfce y Nouveau, eso hubiera funcionado estupendamente y sin sobresaltos hasta agotar el soporte de Wheezy.

Pero ni la Steel 20 es mía, ni de ser mía la utilizaría con ese déficit de rendimiento gráfico del que hablo, siempre que haya posibilidad de exprimir el hardware un poco más, lo que en Debian se traduce en “romper” por algún lado la estabilidad, sea recurriendo a backports o saltando a los repositorios en desarrollo. Con esta tesitura, desde mi punto de vista, se pierde toda la gracia de usar Debian en un entorno en producción. Aunque, repito, en un entorno en producción sobran las tonterías.

Con todo, un apunte: funciona mucho mejor por rendimiento y estabilidad KDE 4.13 en openSUSE 13.1 que KDE 4.8 en Debian 7.5. Pero mucho mejor. Y cuidado con openSUSE 13.1, que a estas alturas no tiene que envidiarle nada en estabilidad, hablando por el hardware que nos ocupa.

Que cada cual entienda lo que quiera. No estoy menospreciando a Debian, que además de estabilidad y soporte prolongado, es una comunidad de software libre grande, básica y de marcado carácter. No obstante, para montar un escritorio, incluso uno de larga duración, elegiría antes cualquier versión LTS de Ubuntu o, como es el caso, openSUSE 13.1, que como sabéis goza de soporte Evergreen (con el lema yo me lo guiso, yo me lo como por delante, por supuesto; yo me quedo con openSUSE y tú puedes hacerlo con Debian, Arch Linux o la que te apetezca).

Termino con otro apunte: si compras hardware nuevo como el que ofrece Mountain, quieres sacarle el máximo provecho sin comerte la cabeza y además quieres gozar de estabilidad y un gran periodo de soporte, hoy por hoy solo tienes una opción: Ubuntu LTS y familia. Todo lo demás, como decía aquel, es la jungla (a mí me encanta la jungla, que conste, pero lo justo es advertir al turista que nunca ha pisado una de sus “peligros”).

Fuente: www.muylinux.com

SOL: el portátil solar con Ubuntu está preparado para su lanzamiento

SOL es un laptop que viene con Ubuntu 12.04 preinstalado. Hasta aquí todo parece normal, pero no es un portátil normal. Se trata de un portátil que funciona con energía solar gracias a unas placas solares desplegables que incorpora y a una batería que actúa como acumulador de la energía obtenida.

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WeWi Telecomunications es la empresa canadiense que está detrás de este invento, que hasta hace poco parecía un simple rumor. Ahora parece que su salida al mercado norteamericano es inminente. Eso sí, ya se han dejado ver algunos demos con un hardware que dejaba mucho que desear y que parecían bastante lentos, en pos de ahorrar energía.

WeWi parece estar dispuesta a mejorar la autonomía y el rendimiento. SOL en su versión final contará con autonomía de hasta 7 horas y un hardware mejor, aunque no demasiado potente. Sus características son:

  • Intel Atom D2500 1,86Ghz de doble núcleo
  • 2GB de RAM (ampliables hasta 4) DDRIII
  • Disco duro de 320GB
  • GPU Intel GMA3600
  • Pantalla 13,3” WXGA LCD
  • Webcam integrada de 3MP
  • Conectividad: GPS, Bluetooth, WiFi, LAN, HDMI, USB 2.0, …

Su precio rondará los 350-400$ y aunque es poco común ver un portátil solar y no es demasiado caro, no parece muy práctico para la mayoría de los mortales. Más bien es una buena herramienta para militares que estén realizando maniobras lejos de una toma de corriente, científicos que trabajen en el campo o ciertos ingenieros que estén supervisando una obra lejos de la ciudad. Sus placas solares lo hacen bastante voluminoso y desplegarlas, buscar el sol y orientarlas hacia el sol, parece algo incómodo para un usuario normal.

Fuente: www.linuxadictos.com

Ubuntu GNOME 14.04 será LTS

ubuntuPor los pelos, Ubuntu GNOME ha conseguido la aprobación del comité técnico de Canonical para que su próximo lanzamiento, Ubuntu GNOME 14.04, sea considerado como versión LTS o de soporte extendido.

Desde finales del pasado año llevan los responsables de Ubuntu GNOME intentando sumar adeptos a la causa, y es que mantener durante tres años un sistema operativo, aunque sea solo en parte, no es tarea sencilla. Pero no ha sido hasta este mismo mes que se ha dirimido la cuestión. El asunto quedó zanjado ayer, de hecho.

Al parecer el equipo que se encarga de Ubuntu GNOME había propuesto un mantenimiento de dos años y tres meses, para que el fin del soporte coincidiese con el lanzamiento de Ubuntu GNOME 16.04.1, la que hubiera sido la opción recomendada de actualización. Sin embargo, no era suficiente para alcanzar estatus de LTS, según el comité técnico de Canonical, puesto que el intervalo entre fin de soporte y actualización era muy justo. Lo mínimo aceptable eran tres años… Y tres años serán.

Dicho de otra forma, toda la familia Ubuntu disfrutará de soporte prolongado y etiqueta LTS en Trusty Tahr, versión a la que le queda un mes exacto para salir del horno. Es la primera vez que sucederá tal cosa, además.

Como apunte a pie de página, no obstante, tengo que comentar que las informaciones son un poco confusas, pues cuando Canonical extendió el tiempo de soporte a las versiones LTS de tres a cinco años, los dos años adicionales se nutren de las actualizaciones de seguridad de las que ya gozaba Ubuntu para servidores. Es decir (y si me equivoco, que alguien me corrija), Ubuntu GNOME debería tener el mismo grado de soporte que el resto.

Más información: OMG Ubuntu

Fuente: www.somoslibres.org

De Windows XP a GNU/Linux: Tres consejos básicos

tux_gnu_linuxDentro de cuatro semanas, Windows XP será un cadáver que, no obstante, seguirá muy vivo en los ordenadores de millones de personas. En materia de seguridad es un disparate del que se ha alertado hasta la saciedad, pero no hay mucho que hacer al respecto, salvo continuar avisando a la gente del riesgo y esperar a que el tiempo entierre definitivamente al sistema operativo de Microsoft.

Por nuestra parte, no podemos hacer otra cosa que recomendar una vez más el binomio GNU/Linux como alternativa perfectamente válida en la mayoría de circunstancias. Sin realizar comparaciones específicas en las que ambos bandos podrían sonrojar al contrario, sin ocultar las carencias propias, sí podemos afirmar que GNU/Linux es un sistema listo para jugar en primera.

La prueba es que también son muchos millones de personas en todo el mundo las que han elegido utilizar GNU/Linux en sus máquinas, por voluntad propia y, en un gran porcentaje, tras interesarse por conocer algo que no se anuncia en las vallas publicitarias de ningún centro comercial. Desde hace tiempo, además, son diversas las administraciones públicas que se están moviendo en el mismo sentido.

Así pues, si todavía navegas por la Red de redes con un equipo gobernado por Windows XP y por alguna casualidad acabas leyendo este artículo, debes saber que en el software libre caben todos y todas, tengan o no conocimientos técnicos. Por supuesto, en MuyLinux estamos para echar una mano y comenzamos con tres consejos básicos:

  1. Pierde el miedo: GNU/Linux es realmente muy sencillo de utilizar y salvo excepciones todo se puede gestionar desde interfaces gráficas. Instala una distribución en una memoria USB y pruébalo sin peligro (pero no juzgues su rendimiento, así no vale). ¿No sabes cómo hacerlo? Te lo explicaremos.
  2. No te compliques: Comienza por el camino fácil, que luego siempre hay tiempo de probar nuevas experiencias. La recomendación para los usuarios que vienen de Windows es Ubuntu, la distribución GNU/Linux más popular del panorama, que además se distribuye en diferentes versiones que se adaptan a unos requisitos de hardware muy heterogéneos. En las próximas fechas daremos cuenta con más detalle.
  3. Paciencia: Cualquier cambio trae consigo un periodo de adaptación, no importa si hablamos de un cambio de casa, de trabajo, de coche… o de sistema operativo. No desistas al primer contratiempo, o te perderás lo mejor.

Y si te encuentras con algún problema, aprende cómo buscar información y ayuda.

Fuente: www.muylinux.com

UIOLIBRE: además de Ubuntu recomendamos usar OpenSuse ya que es una distro muy fácil de utilizar especialmente con el gestor de ventanas KDE. Posee variedad de aplicaciones gráficas que nada tienen que envidiarle a Windows.

Ubuntu comienza a dejar de lado a GNOME

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La cuestión es, ¿alguien lo dudaba? Esta noticia debería hablar de cómo los desarrolladores de Ubuntu planean prescindir del navegador de archivos Nautilus en Ubuntu 14.10, primera versión en la que Uniy 8 haga acto de presencia. Y decir Uniy 8, es mucho decir.

Con Uniy 8 Canonical quiere llevar la convergencia a cuanto dispositivo ejecute Ubuntu. Una forma sencilla de explicarlo es que no importa si tienes Ubuntu en un teléfono, una tableta o un PC con pantalla gigante, porque en cualquier caso estarás utilizando el mismo sistema con las mismas aplicaciones, que se adaptarán a la resolución de pantalla disponible, tal y como hacen las páginas web actualmente (en MuyLinux tenéis un ejemplo).

Para ese salto a la convergencia Canonical optó por Qt 5 como tecnología base sobre la que desarrollar tanto el escritorio como las aplicaciones básicas, y resulta evidente que pocas aplicaciones son tan básicas en un sistema operativo como un gestor de archivos.

Sobre Nautilus, sabemos que desde hace un tiempo la situación no es la mejor para las distribuciones que se basan en GNOME 3, pero que no utilizan GNOME Shell como interfaz de escritorio. Ubuntu, Linux Mint y otras se han quejado de la indiferencia de los desarrolladores de GNOME para con sus necesidades, y los forks no se hicieron esperar. Sin embargo, el que será el futuro navegador de archivos de Ubuntu, que ya está en desarrollo, no es un fork, como es obvio.

Así, la lógica presagia un, más tarde o más temprano, adiós a GNOME. ¿Qué sentido tendría mantener un popurrí de aplicaciones sin integración alguna? La cuestión no es cuántas aplicaciones de GNOME va a reemplazar Ubuntu en un futuro, sino -no hace falta que sean aplicaciones del proyecto GNOME- cuáles se les van a atragantar a los desarrolladores de Ubuntu (¿LibreOffice, tal vez? Y no hemos dicho nada de Mir…).

Fuente: www.muylinux.com


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